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viernes, 8 de abril de 2022

PROCOL HARUM EN 1969: TODO ÉSTO Y MÁS

El año 1969 sería tumultuoso para Procol Harum: conseguirían su mayor éxito hasta el momento en Gran Bretaña en cuanto a elepés pero A SALTY DOG sería el último con la formación más estable del grupo hasta el momento y para cuando llegase el final del año su alineación sería bastante distinta, e iría señalando el camino para la salida de Robin Trower del grupo cuyas diferencias musicales con el núcleo de Gary Brooker, Keith Reid y B.J. Wilson se irían agudizando. Y quizá no tan musicales, ya que debido a asuntos personales del guitarrista Procol Harum no pudo participar en el festival de Woodstock, lo que hubiese dado a los Harum un reconocimiento global y perdurable por décadas, no necesario para los degustadores de su música pero sí para el público en general.
Personalmente, durante bastante tiempo A SALTY DOG era el disco que menos escuchaba del clásico cuarteto inicial del grupo, y es que el arranque con un ritmo tan pausado y esa orquestación y la colección de canciones me parecían menos atractivos que los discos precedentes, pero entendedme, era un joven ávido de sensaciones rápidas, guitarras y energía, y con la edad he llegado a apreciar la belleza del LP en su justa, y merecida, medida.
A Salty Dog, la canción, ya pone sobre la mesa la temática náutica que sobrevuela buena parte de las canciones, y ese ambiente entre melancólico y misterioso del mar y sus navegantes cala mejor en audiencias más maduras; además, soy isleño, aunque del sur, y no puedo imaginar nada más bucólico que la vida en un pequeño pueblo marinero de Escocia o Irlanda. La entregada voz de Brooker, el piano y la orquestación sólo pueden elevar la pieza a cotas de belleza que dejan en evidencia a grupos con similares posicionamientos como los Moody Blues. Había nacido una de esas canciones icónicas de la década lanzada como single con Lone Gone Geek como cara B y no incluida en el LP, un blues rock con mucho groove.
The Milk of Human Kindness está guiada por la guitarra y el piano de saloon de Brooker, con la letra de Reid aludiendo a Macbeth en el título en una pieza musicalmente más cercana a sonidos norteamericanos como los de The Band, mientras que  Too Much Between Us es una intimista y delicada composición que me recuerda a los inicios folk de Gerry Rafferty, y es una de las cinco canciones sin voz principal de Gary Brooker, cosa que le resta cierta cohesión y calidad al disco en ese aspecto; la voz de Brooker era algo demasiado bueno para dejarlo fuera.
Matthew Fisher cantaba en Too Much Between Us y produjo el disco, siendo quizá la mejor producción hasta el momento para el grupo en canciones como ésta y A Salty Dog, aunque suene algo apagada The Devil Came From Kansas aunque eleva la intensidad sonora del LP aunque no la velocidad, y es que el tempo no terminaba de arrancar hasta ese momento y da paso a Boredom para cerrar la cara 1, sencillamente una de mis canciones favoritas de Procol Harum de las que se salen de su canon más establecido y con la que me contradigo lo expuesto un poco más arriba, y es que tiene como vocalista a Fisher. Instrumentación casi acústica, bongos, campanillas y marimba que le dan cierto aire antillano, sencilla pero encantadora, y cuando entra el piano y coros en el estribillo y luego la guitarra, surge la magia.
Aparte de mayor variedad en cuanto a los contribuyentes a las voces principales este LP también se caracteriza por mayor variedad en cuanto a compositores, con Robin Trower aportando dos piezas junto al letrista Keith Reid, siendo la primera el blues desnudo de Juicy John Pink y Crucifiction Lane la segunda en la que también canta, con ciertas reminiscencias a los Beatles de finales de la década, y de la que perfectamente John Lennon pudo haber tomado "prestada" la melodía para su God! 
Matthew Fisher, por su parte, aporta Wreck of The Hesperus, epicidad naval con acompañamiento orquestal de lujo aunque la producción quede un poco apagada, así como la voz del propio Fisher, carente de la personalidad de la de Brooker, y el solemne himno que cierra el disco, Pilgrim's Progress, auténtico sonido Harum, y una especie de puesta al día de Repent Walpurgis del primer disco pero con letra. Antes, tenemos la única aportación del clásico dúo Brooker/Reid de esta cara del disco,  All This And More, magnífico rock progresivo de intensidad creciente en los estribillos y delicada coda de altísimo nivel musical.
Pese a la buena acogida al disco y sus giras continuas A SALTY DOG marca el fin de una etapa para Procol Harum, ya que tras su publicación abandonaron el bajista David Knights y el propio Matthew Fisher, responsable de una parte importantísima del sonido del grupo con su Hammond. ¿Qué depararía 1970 al grupo, un declive o un renacer a partir de estos momentos turbulentos? ¡Lo veremos en la cuarta entrega dedicada a Procol Harum!
David
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martes, 22 de diciembre de 2015

EL DISCO DE LA SEMANA

FREEDOM: Black On White (Nerosubianco) (1969; reedición en CD más bonus de Angel Air Records, 1999)
Todo lo relacionado con Procol Harum, una de mis bandas preferidas, tiene mi atención inmediata. Y si es algo perteneciente a las décadas de los 60 y 70, aún más. Ambas cosas se cumplen en este caso ya que el disco que presento hoy es un pequeño clásico muy, muy subterráneo de la era psicodélica inglesa facturada por el grupo Freedom, formado por dos miembros originales de Procol Harum.
El batería Bobby Harrison y el guitarra Ray Royer fueron despedidos por Gary Brooker tras la grabación en 1967 del primer single de los Harum, A Whiter Shade Of Pale/Lime Street Blues, acertadísima decisión pese al ya inmortal sonido de batería de la cara A conseguido por Harrison. Y acertada porque por ellos entraron nada menos que Robin Trower y BJ Wilson que es uno de mis baterías favoritos.
La cuestión es que los dos despechados músicos no tardaron en formar un nuevo cuarteto con contrato musical asegurado aprovechando su pasado con los imbatibles Harum y pese a la fuerte presencia del teclado que intentaban conseguir siguiendo la estela de su anterior grupo, sonaban más como otros combos de pop psicodélico como Elmer Gantry's Velvet Opera o los Skip Bifferty. O unos Traffic un poco menos lúcidos que de costumbre.
A inicios de 1968 y con Steve Shirley al bajo y la voz y Mike Lease a los teclados se metieron al estudio y registraron un par de singles y el encargo de un LP que sirviese como banda sonora a la película italiana arty Nerosubianco, dirigida por Tinto Brass, que debe de ser un coñazo considerable, y en la que el grupo incluso aparecía. Sin ver ese artefacto de la época, seguramente excesivamente descabezado y pretencioso, la banda sonora son trece canciones de pop psicodélico de muy buen nivel. The Better Side se alza como la joya de la corona, de ritmo interrumpido por parones protagonizados por coros que cantan el título de la pieza y preciosas cuerdas acentuando el drama. Attraction - Black On White/With You es otra composición para quitarse el sombrero, con su ritmo arrastrado y pesada base rítmica en la mejor tradición freakbeat hasta que irrumpe una sección totalmente distinta y animosa, With You. Eso que decían de los experimentos de los Beatles mezclando dos canciones en una está aquí ejemplificado a la perfección. Y cómo suena el órgano en With You, caramba. Una forma de utilizar los teclados muy distinta al clasicismo de los Procol Harum y más R&B y jazzie.
To Be Free podría pertenecer a un disco de Eric Burdon & The Animals, pero con protagonismo del órgano, y The Butt Of Deception, de nuevo con cuerdas, me recuerda a los Skip Bifferty si los hubiera producido Michael Brown de Left Banke. Y es que pese a un sonido a veces un poco embarullado, el productor Jonathan Weston hizo un buen trabajo, pardiez.
The Truth Is Plain To See comienza con el tintineo de un clavicordio cuyo sonido guía toda la canción, así que poco más hay que decir y de inmediato es una de mis favoritas del disco, adoro ese sonido. Además su ritmo es endiabladamente bueno y el solo de órgano es muy ácido para una letra que adivino picarona. Childhood Reflections no pasa de correcta con un bonito barniz psicodélico y el freakbeat retorna con la guitarra más dura del disco en Seeing Is Believing. You Won't Miss parece el guiño más claro a Procol Harum mientras que la oscura Born Again nos da otra alegría psicodélica con esa batería, guitarra y órgano totalmentes phaseados
Decidedly Man parecen Dave Dee & Cia. en ácido con un Steve Shirley que cada vez canta peor, no sé si se trata de lo primero que grabaron al entrar al estudio o de lo último pero el pobre no llega a muchas notas y desafina a tope, al igual que en Relation que disfruta de unos vientos muy molones. Shirley disfrutaba de una voz algo brumosa muy acorde a la psicodelia y el freakbeat del momento, como un Steve Winwood en horas bajas, pero a veces deja entrever sus limitaciones. We Say No y su ritmillo circense es de ese tipo de canciones que podrían omitirse perfectamente de los discos de la época para que el resultado global fuera mejor, y finalmente The Game Is Over es relajada psicodelia con cierta inflexión soul, estupendo órgano y de nuevo batería con phasing.
La edición en CD de Angel Air se completa con versiones alternativas de algunos temas del LP, que fue publicado en Italia en 1969, y con las dos caras de su single publicado por Mercury en junio de 1968 compuesto por la procolharumniana Where Will You Be Tonight? en cuanto a pausado ritmo y presencia del piano y la cara B Trying To Get A Glimpse Of You, freakbeat con protagonismo del Mellotron, una de las mejores grabaciones de los Freedom en este período y una competidora de piezas como Ride My See-Saw de los Moody Blues.
Tras un single más el batería Bobby Harrison desmanteló el grupo en 1969 sólo para rehacerlo con nuevos miembros y una orientación hacia un menos emocionante blues-rock, pero esta colección de canciones quedan como muestra del buen hacer en el terreno de la psicodelia de los Freedom. Para archivar junto a la producción de 1967 de los Hollies, Small Faces, July, Tomorrow...
David

jueves, 11 de junio de 2015

EL DISCO DE LA SEMANA

PUGH ROGEFELDT: Ja, Dä Ä Dä! (Metronome, 1969)
Como en tantas otras ocasiones, a raíz de buscar algo completamente distinto y por casualidad acabo encontrando otro disco que llama mi atención y se convierte en un feliz descubrimiento. En esta ocasión quería de una vez por todas encontrar el nombre de un tipo y el título de su álbum que se ha convertido en un clásico subterráneo del pop soleado californiano de finales de los 60 tras años de un interés en el mismo que iba y venía pero cuya información localizadora se acabó borrando de mi mente (cosas de no apuntar estos datos, supongo). 
Pues bien, decidido a corregir eso me acordé de que en un episodio de Mapa Sonoro, que es un programa sobre música muy moderno y muy guays, Kiko Amat sacaba el LP y ensalzaba sus virtudes, así que me dispuse a buscar el pop-grama y felizmente lo encontré. Y antes del LP de Mark Eric A MIDSUMMER'S DAY DREAM, que era el objeto de mis pesquisas, sacaba otro disco con una enigmática portada y del que sólo se podía leer Pugh y del que Amat resaltaba que una guitarra del mismo había sido sampleada. 
Pugh... guitarra a lo Small Faces... portada que parecía totalmente devota del folk ácido... Eso era más que suficiente para buscarlo. Y eso me llevó a descubrir que se trata de un disco esencial del incipiente rock progresivo sueco y el inicio de la larga y prolífica carrera del guitarrista Pugh Rogefeldt. Y una vez escuchado hay que decir que merece esa fama y más debería tener, y que aficionados empecinadamente anglófilos como yo nos perdemos muchas cosas buenas (otras no tanto, tampoco hay que ponerlo todo en un pedestal por ser extraño) por no adentrarnos en "exóticas" discografías.
Cantado íntegramente en sueco es un disco extraño pero hipnótico que arranca con un rompepistas apropiado para las pistas de "blanco" y freabeat, Love, Love, Love (la canción de la guitarra sampleada) de inusual estructura y potentísima base rítmica y guitarrazos para perder la cabeza, elementos éstos comunes a todo el disco. Y cantado en sueco, algo bastante ajeno a un oído como el mío pero al final acabo por no echar de menos la lengua de la Pérfida Albión. Una atmósfera la de la canción que nos recuerda al rock psicodélico de la Costa Oeste con esas guitarras levitativas.
Här Kommer Natten es más progresiva, con cierto poso de blues rock, de ritmo lento pero intenso y con una omnipresente y afilada guitarra. Surabaya Johnny comienza con una atmósfera orientalizantes y da paso de inmediato a un cierto ritmo de la Europa del Este, un aire gitano, y yo pensé "oops, se acabó lo bueno, maldita World Music, se tenía que notar que era del continente..."...para al minuto y quince segundos, ¡albricias!, comenzar un rock psicodélico de punzante melodía a base de guitarra acústica y con un sorprendente cambio melódico a base de repetitivo bajo que, que me aspen, lo he oído en discos de Hawkwind de 1972 y 1973. Y vuelve a irrumpir la guitarra eléctrica. Y todo vuelve a su sitio y el disco avanza incontestable. Y de nuevo ese bajo hawkwindiano...
Sma Lätta Moln es una preciosa pieza de tintes acústicos que recuerda a unos Grateful Dead reflexivos, la canción ideal para un amanecer neblinoso que promete un día brillante. Dä Ä Bra, Dä Ä Fint es introducida por una armónica que da paso a un ritmo creciente de blues rock siempre en el filo con la experimentación, mientras que Jag Sitter Och Gungar experimenta con la guitarra acústica sobre una insistente pero controlada base rítmica que sumado a la extraña parte vocal genera una perturbadora sensación... en su primera parte, ya que la segunda está dedicada a un potente y eléctrico blues rock.
Signe es folk psicodélico con aire trovadoresco que nos puede recordar a Donovan o a unos Kaleidoscope, es decir, belleza ácida, con un par de inesperados cambios de melodía y final "tropicalista" incluído. Colinda combina texturas acústicas y campestres con efectos psicodélicos y furibundas partes cantadas, extraña pero fascinante, y Haru Sett Mej Va... nos recuerda de nuevo al movimiento tropicalista y podría haber sido extraída de un disco primerizo de Gilberto Gil, y para terminar Du Tände Lyset Andersson, silvestre y relajada pieza a base de acústicas (y silbido) que supone un bonito cierre para tan ecléctico disco. 
¿Un álbum imprescindible? Posiblemente no, pero su escucha es fascinante y sus diez canciones son pequeños deleites y componen una pequeña joya escondida de los años de la transición entre la psicodelia y el progresivo. Ideal para colocarlo en la colección de discos en la estantería Billy...
David

viernes, 1 de agosto de 2014

LA CANCIÓN DEL VERANO

Making Time se despide hasta el mes de septiembre con una canción colosal, una pieza maestra de un grupo nunca suficientemente valorado: The Guess Who. Guiados por dos talentos enormes, Burton Cummings y Randy Bachman, el grupo lanzó en la primeravera de 1969 el LP WHEATFIELD SOUL, el primero bajo el nombre de The Guess Who (sin la interrogación) y es una colección excelente de canciones y estilos pero en la que predomina un cierto apego hacia un pop un poco fuera de lugar (desgraciadamente) a finales de la cambiante década que estaba abandonando el pop y la psicodelia por aproximaciones un poco más agresivas y crudas hacia el rock (aunque en él encontramos guiños a los Doors, psicodelia orientalizante, teclados a lo Zombies... una gozada de principio a fin).
La pieza en cuestión, I Found Her In A Star, escrita por Burton Cummings y cantada por él mismo de forma suave y delicadamente pero llena de emoción (¡como cierra la parte de la letra del estribillo!), es un compendio de estilos del pop de aquellos años enriquecida por una producción sobresaliente. Lo que aparenta una sencilla balada pop con un comienzo claramente beatlesco (el tempo, la voz acompañando a la instrumentación desde el comienzo mismo de la composición, esa trompeta que entra...) desarrolla gracias a los estupendos arreglos un aire muy a lo Burt Bacharach (la sección de cuerdas aporta un transfondo bellísimo y los metales ese dinamismo pop de Bacharach) pudiendo gracias a esa rica instrumentación situarse como una gema de pop barroco, pero sigue traspasando géneros y llega hasta el garage, nada menos, gracias a esa aparición sorprendente y luminosa de la guitarra Fuzz a cargo de Randy Bachman. Y todo ello sin dejar de ser tremendamente pegadiza, con un estribillo memorable y con una melodía bailable. Pop pluscuamperfecto.
¡Feliz verano!

David

miércoles, 9 de julio de 2014

SALT LICK / MILLER'S FARM

Esas dos canciones conformaban el primer single de unos recién nacidos ZZ Top a partir de las cenizas de los Moving Sidewalks. ZZ Top se estructuraban desde su nacimiento en 1969 como un power trio pero radicalmente distinto del grupo, y del sonido, que serían y obtendrían sólo un año después. 
Billy Gibbons a la guitarra y Dan Mitchell a la batería, ambos procedentes de los Moving Sidewalks se unirían al teclista Lanier Greig y grabarían para Scat Records el primer single de un nombre de largo recorrido en la historia del rock. Pero para los gustos de Making Time las cosas hubieran sido mucho mejores si los ZZ Top hubiesen perseverado en la línea de este Salt Lick / Miller's Farm, aunque su carrera seguramente no hubiera sido ni tan larga ni mucho menos tan exitosa en lo comercial.
La cara B, Miller's Farm, es una pieza directamente por Jimi Hendrix; típico blues rock experimental de la época de transición entre el garage y cosas más pesadas con teclado psicodélico, guitarrazos hendrixianos y ritmo influenciado por el Tobacco Road de, entre otros, los Blues Magoos. Caramba, incluso la voz suena como un Hendrix un poco descafeinado.
Pero la joya del disco es la cara A, Salt Lick, garage hardrockero y psicodélico muy bailable con potente base rítmica (batería y el bajo interpretado por Greig al B3, al estilo de los Doors), pasajes de guitarra Wah-wah de Gibbons y arpegios de teclado que se repiten a lo largo de toda la canción. Muy ácida y muy distinta del resto de la producción del grupo tras el cambio radical en el mismo con la salida de Mitchell y Greig.
Uno de esos singles de coleccionista, su cotización no es tan alta en el mercado como otros discos, pero no es barato, no. Quizás sean más asequibles las versiones del single editadas por London Records en 1970, así que si por suerte se topa uno con una copia, ¡mejor no dejarla pasar!
David

viernes, 28 de marzo de 2014

LA CANCIÓN DE LA SEMANA: STAND OUT, DE LOVE!

Love, o Arthur Lee y una variada cantidad de músicos increíbles, facturaron algunos de los mejores discos de la historia del rock (bueno, EL MEJOR y tres más casi a su altura) sembrados de momentos de inspiración cuasi sobrenatural, de un estilo de inmediato reconocible pero al mismo tiempo cambiante, mutante, y de una originalidad y espíritu aventurero pionero desde su primer LP en 1966. 
En el quinto disco de esta primera etapa clásica, culminada en 1970 y con seis álbumes prodigiosos bajo el brazo, encontramos la canción protagonista de buena parte de estos últimos días en la redacción de Making Time, una pieza veloz, de rock psicodélico emparentado con lo que Jimi Hendrix estaba haciendo en el momento. Podemos opinar que se sale del canon habitual de Love (¡múltiples cánones, diría yo!) y de Arthur Lee en particular, pero es una asombrosa pieza que demuestra que Lee se fijaba atentamente en lo que hacía su coleguilla Hendrix y, sin aparente esfuerzo, superaba al guitarrista mestizo. "Ahí queda eso", diría Lee, medio oculta como primera canción de la cara B del disco 1 del doble OUT HERE (Blue Thumb, 1969); "si quisiera", podemos aventurar que diría Lee, "podría llenar mis discos de canciones como ésta".
Arthur Lee en plena regalía hendrixiana
Stand Out es una rápida, intensa composición repleta de distintas tonalidades de guitarra pero en la que destaca un riff afilado, ascendente y recurrente; además la base rítmica trota endiabladamente al mejor estilo de la Experience de Hendrix, y Lee se desmelena cantando alcanzando el falsete en ocasiones. Rock psicodélico de primera, un hit que no fue y una de las piezas estrella de una colección de canciones que al igual que la de FALSE START (Blue Thumb, 1970) no alcanza la magnificencia de sus cuatro anteriores discos pero serían la envidia de cualquier músico aventajado en esto del rock. 
Arthur Lee, un genio indiscutible, puro talento en forma de músico y compositor.
David

domingo, 22 de diciembre de 2013

COMMUNICATION BREAKDOWN

Seguimos nuestro serial de grandes vocalistas de desmedida y jugosa teatralidad con unos de los jefazos de todo ésto, aunque en esta ocasión en un campo siempre bien abonado para estas frivolidades, el del rock más melenudo y furibundo, cosa que se inició más o menos oficialmente a finales de los 60 y estos cuatro cafres fueron uno de sus más destacados pioneros, Led Zeppelin
Su vocalista, Robert Plant, atacaba este inmortal pepinazo de su primer LP (conciso, directo, relampagueante), Communication Breakdown, aportándole sus amaneramientos y, según el día, sus rabiosos movimientos de melena (más densa pero no de tanta longitud como en años posteriores). La cara B de su primer single en 1969 sigue siendo una de mis favoritas del grupo antes de sus excesos posteriores. 
Terry Reid, otro tipo de nivel, estuvo a punto de ser el vocalista de los Zep, pero pese a su enorme talento en aquellos años no creo que en interpretaciones como la de este Communication Breakdown hubiese llegado al delicioso histrionismo de Plant, que en cada interpretación en directo (aunque la del vídeo, una promo alocada y visualmente muy de la época, es un playback) se desataba con distintos acercamientos a la canción, improvisando y siguiéndole el rollo al Jimmy Page, siempre tan dado a alargar lo que ya estaba bien tal cual.
¡Un clásico, amigos, un clásico!
David

martes, 23 de julio de 2013

EL DISCO DE LA SEMANA

RONNIE VON: Ronnie Von (Polydor, 1969; reedición en CD con bonus tracks de Discos Mariposa, 2006)
El LP que precedió a A MÁQUINA VOADORA, que ya vimos por aquí, fue este RONNIE VON editado en enero de 1969, nada menos que el cuarto LP del cantante titulado de esa forma desde el primero en 1966. Tras una primera escucha pensaba que no alcanzaba los niveles de excelencia de su disco de 1970, pero las sucesivas ocasiones en las que he disfrutado de él me han hecho tenerlo en mucha, mucha más consideración.
En este disco ya tenemos a un Ronnie Von maduro, lejos de las habituales versiones en portugués de éxitos del pop europeo y norteamericano del momento, con una actitud innovadora y, aunque no es un disco totalmente inmerso en el vanguardismo del movimiento Tropicalia y se mantiene bastante fiel al sonido y planteamientos del pop anglosajón, el despliegue compositivo e interpretativo y la ausencia de limitaciones impuestas por la comercialidad alcanza niveles incontestables.
Meu Novo Cantar se abre con un recitado y de fondo una guitarra Fuzz que dan lugar a una lujosa orquestación y un ritmo marcado por un riff de órgano repetitivo reforzado con pandereta, con desarrollos de la guitarra eléctrica de fondo, que dan lugar a una parte final de aspecto improvisado. Chega De Tudo es soul pop, con muchos metales y flautas, mientras que Espelhos Quebrados es una preciosa composición acústica, voz y sección de cuerdas, con un cierto toque surreal y psicodélico en la letra (E os marcianos vem chegando).
Silvia: 20 Horas, Domingo, precedida por un jingle radiofónico al estilo Pop-Art del THE WHO SELL OUT es la pieza clave del disco para los fans del garage, el fuzz y la psicodelia, una pieza brutal con guitarra Fuzz desde sus notas iniciales, un ritmo marcado y potentes metales sobre los que sobrevuela la, en esta ocasión, suave y dulce voz de Ronnie. Una maravilla. Menina De Tranças suaviza el tono general con una preciosa melodía pop construida a base de instrumentos de viento como flautas y oboes en similar línea a canciones del repertorio de los Association como Cherish, Everything That Touches You o No Fair At All.
Nada De Novo y Lábios Que Beijei enlazan como última pista de la cara A, la primera de ellas de ritmo e instrumentación que remite al pop suave comercial de la primera mitad de la década mientras que la segunda es una broma surreal a base de guitarra y voz. Y la cara B abre con Esperança De Cantar remitiéndonos al sonido de pop barroco y sinfónico de Procol Harum y su A Whiter Shade Of Pale (con lo que tiene mi respeto y admiración eternos) con una pieza de ritmo similar a los grandes clásicos de los Procol y construida al igual que el grupo inglés sobre piano y órgano, y en la que irrumpen de forma salvaje afilados guitarrazos.
Anarquia, precedida por la inclusión de una conversación telefónica con el propio Ron, de nuevo es una composición sobre la que sobrevuela la guitarra Fuzz sobre un acelerado ritmo de pop con dinámica base rítmica, guitarra acústica y voz solista con profundo eco que le proporciona un indudable regusto psicodélico mientras Ronnie canta Fazer uma tremenda anarquia! Mil Novecentos E Alem posee una poco habitual y cambiante estructura melódica, adornada por la sección de vientos y con un teclado totalmente libre e improvisado que otorga extrañeza y originalidad a la canción y, de nuevo, ambiente psicodélico a la que contribuye una coda muy a los Rolling Stones y su We Love You. Tristeza Num Dia Alegre es más irresistible pop alegre y orquestado y Contudo, Todavia es otra composición vanguardista y experimental marcada por una percusión afroamericana, melodía cambiante y guitarra que marca el ritmo en su primera mitad, siendo la segunda totalmente bizarra y selvática. Para terminar, Canto De Despedida, alegre tonadilla en la que Von se acompaña de big band muy usual también en el jazz brasileño.
Al contrario que la reedición en CD de A MÁQUINA VOADORA este disco contiene seis bonus tracks, todos ellos grabados en 1967 e incluidos en diversos singles y EPs así como en su LP RONNIE VON de ese año. Escuta Meu Amor es pop melódico y comercial sesentero así como Cançao De Ninar Meu Bem, pero ésta última mucho más introspectiva y pausada con sonido de órgano protagonista. Igual A Peter Pan es brioso beat, algo anticuado para 1967 aunque con un interesantísimo break y cambio de ritmo hacia los 40 segundos de canción y de nuevo en el minuto y medio; Se Alguem Chorou es una sorprendente y bonita versión de Walk Away Reneé de los Left Banke, también lujosamente orquestada pero sin la majestuosidad de la original. A Catedral es la inevitable versión en aquellos años del hit Winchester Cathedral, de la que difiere en muy poco instrumentalmente, y para terminar una pequeña maravilla, O Carpinteiro, que no es otra cosa sino If I Were A Carpenter de Tim Hardin, cantada suavemente y de forma íntima por Ronnie, con una instrumentación y orquestación delicada y bella. Un broche de oro para un disco magnífico, otro más salido de la prolífica música popular brasileña a partir de la segunda mitad de los años 60.
David

jueves, 4 de abril de 2013

EL DISCO DE LA SEMANA

THE JAMES GANG: Yer' Album (Bluesway/ABC, 1969; reedición en CD de MCA Records, 2000)
Nunca es tarde para iniciarse en un nuevo culto. El rock norteamericano de los 70 está lleno de magníficos, buenos y no tan buenos discos, pero no se puede negar que era una escena musical muy abierta de miras. Hay que ponerse en el lugar de los músicos: venían de los 60 con todos los hallazgos que se habían alcanzado en menos de una década y por delante parecía que el cielo era el único límite. No es de extrañar que surgieran nuevas bandas como James Gang en formato de power trío, tan de moda en ese momento en el Nuevo Mundo (pensemos en, por ejemplo, Grand Funk Railroad). Fuertemente ligados a la incipiente escena del hard rock pero capaces de fijarse en el sonido musculoso del R&B, en el pop (el éxito comercial no era una prioridad pero ayudaba, y si había que añadir sección de cuerdas pues se hacía) y al folk y country rock (en el LP manifiestan su devoción hacia Buffalo Springfield, de los que toman una canción de Stephen Stills). Y sin perder cierta chispa de banda de garage de mostrando que estaban en un punto intermedio entre lo que había sido y lo que estaba por venir. 
Ese ímpetu juvenil y esa aspereza propia del garage la pule el productor Bill Szymczyk con un trabajo eficaz registrado en los estudios Hit de Nueva York, un sitio más habituado al R&B que al rock. En todo caso no creo que fuera muy difícil "domesticar" a los miembros del grupo, Joe Walsh, el bajista Tom Kriss y el batería Jim Fox, universitarios de Ohio. No eran unos outsiders, ni mucho menos.
Introduction y su sonido de sección de cuerdas nos pone sobre una pista falsa de lo que viene a continuación, el pop progresivo de Take A Look Around con importante papel del teclado y voces sometidas a efectos psicodélicos en una melodía con importante influencia de los Who de la era de TOMMY (1969) a lo que se suma un puente donde irrumpe la genial guitarra de Joe Walsh muy deudora del rock californiano (vuelve a aparecer al final de la composición).
Funk #48 es un tema lleno de groove en el que al fin la guitarra de Walsh es protagonista y donde las voces son directamente deudoras del soul psicodélico. Una pieza irresistible y muy bailable. La original de Bluebird  estaba incluida en el BUFFALO SPRINGFIELD AGAIN (1967) y es un homenaje de los jóvenes James Gang a aquella banda seminal. En cualquier caso, palidece frente a la original pero es una muestra de la miríada de influencias del trío. Si nos fijamos en la interpretación vocal podemos percibir la forma de construir las voces de otros pioneros como Vanilla Fudge o los Rascals: interpretaciones dramáticas y notas sostenidas hasta casi la extenuación. Lo más interesante son los breves desarrollos guitarrísticos de Walsh sobre una repetitiva base rítmica en la segunda mitad del tema.
Otra versión le sigue, en este caso de los Yardbirds, grupo que aunque británico fue vital para el desarrollo del rock norteamericano. Lost Woman es la canción elegida en una interpretación de casi diez minutos donde el grupo dejó bastante espacio a la improvisación aunque fue bastante fiel en los momentos más reconocibles de la misma. No faltan los inevitables solos de cada instrumento, incluido el de batería, piedra de toque de gran parte de los grupos que surgían en la época. Qué le vamos a hacer, era el signo de los tiempos.
Stone Rap es una broma, una muestra del grupo en el estudio. Collage comienza con una guitarra acústica (una propuesta mucho más desarrollada en su segundo LP, RIDES AGAIN) y da paso a un contundente pero conscientemente reprimido ritmo por parte de la banda a lo que se suma una épica sección de cuerdas. Este tema es uno de los grandes triunfos del disco. I Don't Have The Time es una buena descarga de propulsivo rock muy de finales de los 60, con guiños psicodélicos incluidos. Wrapcity In English es un bonito interludio a base de piano y cuerdas que precede a Fred, perezoso rock fumado con ecos de la épica y el dramatismo de, de nuevo, Vanilla Fudge junto a fraseos hendrixianos tanto de guitarra como de batería en su primera mitad, mientras que en la segunda la banda inicia una expedición pseudo-jazzística antes de retomar caminos más formales y agradables. Para terminar, otra larga versión en esta ocasión de un tema R&B, Stop, de nuevo atacada con mucho groove por parte del trío con estelares aportaciones a la guitarra de Joe Walsh y con el brío que le aporta el piano a cargo del mismísimo Jerry Ragavoy, uno de los compositores de la canción. Son doce minutos sin excesos a base de interminables solos que pasan volando.
Un disco que quizá no sea el mejor de su carrera, pero es un debut a tener en cuenta que se escucha de un tirón, de forma muy intensa en ocasiones y con algunos momentos francamente brillantes. 
David

miércoles, 18 de julio de 2012

EL DISCO DE LA SEMANA

STEVE MILLER BAND: Brave New World (Capitol, 1969)
Éste es, en pocas palabras, uno de mis discos favoritos. Treinta minutos de puro goce que no decae en ningún momento a lo largo de nueve canciones dinámicas, enérgicas, inspiradísimas, reuniendo influencias del R&B, la psicodelia y el rock ácido de San Francisco, ejecutadas por una banda plena de recursos y tensión y con un sonido espectacular conseguido por la leyenda de los estudios Glyn Johns. Si a él le unimos a un joven e inquieto Steve Miller, al teclista Ben Sidran, Lonnie Turner al bajo y al contundente batería Tim Davis, aparte de colaboraciones de lujo en la grabación, tenemos a un equipo de cuidado.
BRAVE NEW WORLD es la culminación de la trilogía iniciada con CHILDREN OF THE FUTURE (1968) y SAILOR (1968), artefactos similares en espíritu presentados en portadas psicodélicas y en los que se iban poco a poco perfeccionando esa unión de influencias antes mencionada alcanzando la perfección en este BRAVE NEW WORLD.
La canción que titula al LP abre el disco con un ritmo progresivo con sencillos riffs de guitarra y bajo, con un ambiente psicodélico muy conseguido incluyendo efectos y unos coros loose irresistibles, y toques de piano que me recuerdan al sonido conseguido por los Who de ese instrumento en sus grabaciones de los 70. Celebration Song es una jubilosa canción de ritmo sencillo pero contundente con una magnífica batería, una pieza que junto a Space Cowboy identifica la producción de la Steve Miller Band de estos primeros años. Paul McCartney colaboró en este disco grabando batería, bajo y coros en My Dark Hour y, según algunas fuentes consultadas, también en Celebration Song. Es una de esas anécdotas del Libro De Tópicos Del Rock And Roll que McCartney utilizó el pseudónimo Paul Ramon para aparecer en los agradecimientos de la carpeta, y años después un grupo de Nueva York utilizó ese "Ramon" para dar nombre a la formación, anécdota simpática y tal pero que incluso a llegado a eclipsar a un LP tan soberbio! "Sí, sí, el LP ese que dio nombre a los Ramones"...¡Un mundo de locos!
Can't You Hear Your Daddy's Heartbeat es un aceleradísimo R&B-hard rock con guitarras que fluyen hacia otras galaxias lejanas, mientras que Got Love 'Cause You Need It es otro maníaco R&B bañado en ácido con armónica y teclados que doblan a la guitarra, fabulosa. Kow Kow se nutre de guitarra hendrixiana y piano inconfundible del grandísimo Nicky Hopkins, lo que le otorga un ambiente y un sonido muy cercano al de los Stones de finales de los 60 e inicios de los 70. Vamos, desde que los Stones tomaron la mejor decisión de su carrera alineándose con Nicky Hopkins y el productor Jimmy Miller.
Seasons es una preciosa y reflexiva composición con oscilante interpretación vocal de Steve Miller y profundo y reverberante sonido... y llegamos a la joya de la corona, Space Cowboy, tema emblemático y definitorio de Steve Miller Band en sus primeros años de carrera. Lo solía poner mucho en mis tiempos de pinchadiscos, y ante la indiferencia general opté por dejar esa profesión...
LT's Midnight Dream es blues rural pasado por el tamiz ácido, Dios bendiga a Steve Miller y los suyos por eso, y para terminar My Dark Hour, rock chulesco con la frescura y descaro del R&B.
Una auténtica joya que es fácil de obtener en diversos formatos: de hecho lo tengo en vinilo y en CD. En vinilo las copias son abundantes y baratas, fue un disco con bastantes ventas en su época, y en CD tenemos incomprensiblemente las algo pobres ediciones de Capitol de hace más de veinte años (y aún caras para lo que son, pardiez). El sonido sigue siendo bueno, pero podría ser mejor y seguro que hay canciones inéditas de sobra para hacer ediciones con bonus tracks y un libreto en condiciones. Pero por ahora, es lo que hay. Y es suficiente, porque esto hay que tenerlo o tenerlo, no hay alternativa!
David

viernes, 20 de abril de 2012

EL DISCO DE LA SEMANA

MOBY GRAPE: Moby Grape '69 (Columbia, 1969; reedición con bonus tracks de Sundazed, 2007)
He tenido a Making Time un poco abandonado últimamente, pero qué mejor que retomar la actividad con un buen disco, no una obra maestra pero, caramba, qué difícil resulta crear algo aparentemente tan sencillo como un buen disco.
Moby Grape fueron los primeros en ser lanzados como representantes del sonido del rock de San Francisco, pero rápidamente pasaron a la segunda división del rock psicodélico californiano, por lo menos en el imaginario colectivo y en los amplios círculos fuera de los más entendidos en estos tipos de sonidos, que aún enarbolan a los Grape como un grupo de talentosos músicos con discos repletos de buenas canciones.
Éste, el tercer LP de la banda ya establecida como cuarteto después del abandono de Skip Spence, no es su mejor disco, pero es una honrada y agradable colección de canciones cortas, en una época (1969) en la que ya empezaba a predominar en el ámbito del rock el gusto por los excesos en cuanto a duración y complejidad de las canciones. La calidad en las composiciones del grupo y su entusiasmo en las interpretaciones se mantiene a lo largo de las doce piezas incluidas en el larga duración, destacando la ausencia de pretenciosidad de los músicos y su habilidad intacta desde sus comienzos para los armonías vocales a cuatro voces.
Ooh Mama Ooh abre el disco, inusual pieza para tal cometido, un boogie rock cantado desapasionadamente con toque novelty en el acompañamiento vocal, que deja paso a terrenos más conocidos y dominados por los Grape en Ain't That A Shame, puro pop de la Costa Oeste construido a base de guitarras acústicas. I Am Not Willing es una gema, un ritmo pausado marcado por el piano y adornado por una guitarra levitativa. It's A Beautiful Day Today podría estar en cualquier disco de un singer-songwriter californiano de los que abundaban en la década entrante, con un buen estribillo y en la que se puede percibir por momentos una red de guitarras acústicas, quizá de mandolina también, que se teje al fondo de la composición.
Hoochie es un blues poderoso que recuerda a Hey Grandma, uno de los clásicos de su primer disco (MOBY GRAPE, 1967), y Trucking Man permanece en esa estela sónica gracias al boogie con guitarras "puntiagudas" de esta canción de carretera con un solo entrelazado de piano barrelhouse y guitarra. If You Can't Learn From My Mistakes es buen country rock a lo Byrds y Captain Nemo es rock de Frisco rico en armonías vocales. What's To Choose es una de las grandes canciones de este disco, similar en espíritu a I Am Not Willing, con una fuerte influencia de los Buffalo Springfield en la estructura del tema y la forma de cantar. Going Nowhere nos recuerda a los primeros Grape, psicodelia de la Costa Oeste con sentimiento country y guitarras levitativas y un ataque furibundo del batería Don Stevenson a su hi-hat. Seeing concluye el disco, una sensacional pieza de rock psicodélico a lo Steve Miller Band con ritmo cambiante interpretada con rabia y pasión, única composición del gran Skip Spence presente en el LP.
Esta reedición incluye como bonus grabaciones que oscilan de simples demos de las canciones de este MOBY GRAPE '69 a temas completamente elaborados grabados entre 1967 y 1968, como Soul Stew (el particular Mr. Soul de los Grape) y You Can Do Anything, un esbozo del talento de Skip Spence.
David

martes, 28 de febrero de 2012

EL DISCO DE LA SEMANA

FRESH AIR: A Breath Of Fresh Air (Amaret, 1969; edición en CD de Radioactive Records)
Siempre es satisfactorio encontrarse con uno de esos pequeños discos editados por un grupo aún más pequeño pero cuya escucha es satisfactoria y placentera, lleno de esos sonidos que tanto nos gustan por aquí pese a ser una pieza algo desconocida y, admitámoslo, de la tercera división del rock sixties. Y con muy buen sonido en esta edición, algo remarcable para haber sido editado por Radioactive Records.
Pero su congruencia, la buena ejecución por parte de sus protagonistas y elección de los temas incluidos, así como la abundancia de elementos adictivos para el fanático de la psicodelia (más o menos dura y underground), es decir, voces souleras, guitarras y teclados potentes y protagonistas en las composiciones, como el buen producto psychexplotation que es, me hacen reflexionar sobre el hecho de que este disco no haya adquirido con los años mayor renombre.
Y sólo por el hecho de que la canción que lo abre es una versión del tema de Buffalo Springfield, For What It's Worth, así debería de ser. Evidentemente la mejor canción del LP, ésta es una anfetamínica versión en la que se confrontan dramáticamente la guitarra y los teclados sobre un ritmo lleno de groove y culminado por la potente y marcada voz de Marc Piscitelli.
Faces In The Fire tiene algo de psicodelia de la Costa Oeste (el álbum fue grabado en California) con un buen riff de guitarra y esos teclados propios de los grupos de hard rock de finales de la década. Y December baja el ritmo para un buen tema de pop psicodélico donde lucen más que hasta el momento los coros, denotando un grupo de entrenada capacidad a las voces. Somewhere A Mountain Is Moving es uno de esos temos agradabilísimos en la línea de los Youngbloods, los Vanilla Fudge más melódicos o los Rascals en la otra costa norteamericana (el título por lo visto está extraido de una línea del Pretty Ballerina de Left Banke, lo que siempre es buena cosa). Get Away Car Car es otra pieza muy bailable y llena de groove, mientras que I've Lost My Faith suena, increiblemente, como lo haría una pieza de freakbeat británico de 1967: Na-na-nas en los coros, pandereta, incisiva y cimbreante base rítmica, cierto aire psych... La única de las composiciones del grupo que supera a los seis temas que Louie Caridi, el "sexto Fresh Air", entregó al grupo.
Baby Lady no está mal pero no es nada del otro mundo, lo mejor son sus breves toques de órgano y la línea de bajo. Sleeping In Sunshine comienza inmejorablemente, con una guitarra levitativa, para dar paso a más pesado y ácido rock psicodélico con voces y coros épicos que dan paso a Sailor Man, con una perspectiva más pop y adornada con una bonita flauta pero con un interludio instrumental cercano al progresivismo. Para terminar con estas diez canciones, I Finally Found A Friend, pieza de inicio acústico pero que se va intensificando y electrificando conforme avanza, con destacable solo de guitarra y voces tal como las harían los Association.
Uniformados en la portada, el grupo tiene ese algo característico de las bandas de origen italiano (algunos de sus apellidos les delatan) de Nueva York, pero a falta de más información sobre ellos poco puedo aventurar. Eso sí, el disco es muy recomendable, aunque sólo sea por esa lectura intensa del For What It's Worth!
David

jueves, 24 de noviembre de 2011

THE ALAN BOWN SET PARTE 3: UN PASO EN FALSO

Tras las maravillas que el grupo regaló en su período psicodélico, una nueva vuelta de tuerca estilística sacudió los cimientos de los Alan Bown! en su intento de no perder el pulso del momento y de seguir publicando discos que combinasen su pericia innata y un sonido contemporáneo. Pero su segundo LP en estudio, THE ALAN BOWN!, no supuso nada de eso.
Publicado en 1969 en el sello "progresivo" de Decca, Deram, era un artefacto lleno de piezas que ya habían sido probadas en directo y que tenía las miras puestas más allá del soul, el pop y el rock que tan bien manejaba la banda, con elementos folkies, hippies e incluso una postura cercana a la teatralidad en una larga pieza, una suite que narra una historia a lo largo de la misma titulada The Prisoner (¿un guiño a la serie televisiva británica que había finalizado unos meses antes?) con un éxito más que dudoso.
Una vez terminado de registrar el disco aconteció la debacle con el abandono de Jess Roden, no sin antes haber publicado el roquero pero olvidable single Still As Stone/Wrong Idea. La cara A, escrita por el propio Roden, fue un pequeño fracaso que agravó la situación personal del cantante en la banda.
Para sustituirle el propio Alan Bown en persona viajó en busca de un joven norteño llamado Robert Palmer, que añadió su voz a las grabaciones sustituyendo la de Roden, con buenos resultados en su intento de emular al desertor pero sin deslumbrar y con poca aportación propia, pero un inmenso talento como demostraría posteriormente en Vinegar Joe y en su carrera en solitario.
El disco comienza estupendamente con My Friend, un tema lleno de groove y potencia en la que la base rítmica, el órgano y los metales interactúan a la perfección, un single en potencia que quizá hubiese tenido un impacto relevante en las listas. Y Robert Palmer emula casi a la perfección al añorado Jess Roden! Strange Little Friend parece seguir esa línea, un tema más relajado, más pop y "americano" con cierto regusto a los Blood, Sweat & Tears con un bonito piano, siendo el final de la pieza más experimental y jazzístico. Similar sonido encontramos en Elope, encantadora composición de relajado ritmo y amables intenciones, al que le sigue la Harrisoniana Perfect Day, nada del otro mundo y que junto a la anterior impone al disco un ritmo peligrosamente lento, destacando sólo el trabajo de Palmer, en un registro similar al de Terry Reid. Y esa tendencia sigue con la casi acústica y aburrida All I Can Do, en la que toman las voces el guitarrista Tony Catchpole y el batería Vic Sweeney, para volver a terrenos más jazzroqueros y decididamente más entretenidos con Friends In St Louis, antes de dar paso a la suite The Prisoner, un sinsentido de 10 minutos lo más alejado posible de lo que mejor se le daba a la banda, un intento de mini-ópera rock que tan bien dominaban los Who pero que en el caso de los Alan Bown! llega a rozar en ocasiones el ridículo!
Kick Me Out es un tema pastoral de ritmo cansino con cierto aire al segundo disco de Humble Pie aunque no se beneficia en absoluto del trombón incluido. El disco parece remontar un poco conforme se acerca su conclusión con la soulera Children Of The Night y la animada Gypsy Girl, un tema que parece haber sido compuesto pensando en los singles de Manfred Mann de 1967 y 1968. Este tristemente anodino disco se encuentra
reeditado en CD por Esoteric Recordings con el añadido del single Still As Stone/Wrong Idea. El disco no tuvo nada de impacto y el tour norteamericano contratado con Roden aún a bordo fue cancelado, hiriendo mucho a la banda ya que el directo era la situación en la que mejor demostraban sus poderes. Palmer, por su parte, tras completar la grabación de nuevas canciones destinadas a formar parte del siguiente disco, el excelente LISTEN, abandonó en busca de nuevas aventuras dejando a la banda en la misma situación que cuando les dejó Roden, como ya vimos en su momento.
En posteriores y excitantes capítulos viajaremos al pasado de la banda, a sus orígenes y a aquellos temas y frenéticos conciertos donde primaba el soul y que les convirtieron en unos iconos mod!
David