Siempre un músico sobrio, serio, partícipe de la leyenda de los Purple pero no de los excesos propios de la época, un estudioso de los teclados, pero que por supuesto en los 70 se dejó llevar por las veleidades sonoras del momento con extravagantes e inacabables solos, sobre todo en los directos. Pero su legado musical centrado en la década de los 60 y hasta 1973 es intachable.
Descanse en paz, Jon Lord.
David