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viernes, 3 de junio de 2022

PROCOL HARUM EN 1972: VISLUMBRES DEL NIRVANA*

*El texto de esta entrada proviene, corregido y aumentado, de la reseña original del disco publicada en 2013 en este mismo blog.
Curioso género ese de los discos de grupo de rock en concierto con orquesta, tan pretencioso como prescindible salvo muy contados casos, y por supuesto el de Procol Harum con su disco de 1972 grabado en Canadá es de esos casos ya que, qué mejor grupo para un experimento sinfónico que los Harum y sus estructuras de canciones totalmente propicias para arreglos clásicos!
En ese sentido los Procol Harum eran los mejores en lo que hacían, pero cuando también querían demostrar que sabían rockear podían darle sopas con ondas a cualquier melenudo seguidor del demonio armado con una guitarra y una supuesta mala uva. Así que, llegados a 1971, ya era hora de sacar el correspondiente disco en directo del grupo, cosa muy en boga en aquellos años. Y los Harum, que ya de por sí eran unos leones en el escenario como quinteto, decidieron que la épica y la gravedad de su música merecía ser respaldada por un acompañamiento clásico, toda una orquesta con coros incluidos.
Curiosamente el grupo se fue a grabar este experimento a Edmonton, Canadá, y Gary Brooker y los suyos, armados con sus instrumentos, su repertorio y arreglos orquestales escritos por el propio Brooker crearon una obra encomiable, con nuevos fichajes que convertían al grupo de nuevo en un sexteto: el eficiente Dave Ball a la guitarra, un tipo de más que remarcable parecido físico en esos momentos con Roger Waters y que provenía del grupo Big Bertha para sustituir a Robin Trower, y Alan Cartwright al bajo, que liberaba a Chris Copping para que se ocupara solamente del órgano. Junto a Brooker y a ellos, por supuesto los imprescindibles B.J. Wilson a la batería y Keith Reid a las letras e iluminación (espiritual e intelectual). De las nuevas incorporaciones Cartwright fue el que prosperó en los Harum ya que ésta es la única grabación de Dave Ball con el grupo.
Ball, Brooker, Reid, Copping, Cartwright y Wilson
De su increíble colección de canciones (ya llevaban cinco LPs en ese momento) escogieron, sorprendentemente, unas pocas y en algunos casos no de las más reconocibles, pero seguramente Brooker consideró que serían las que mejor empastarían con los arreglos orquestales. Y en la mayoría de los casos es así, como en los casos de su binomio de canciones marineras, A Salty Dog y Whaling Stories así como en su suite progresiva In Held 'Twas I, en la definitiva versión de la misma y mucho mejor que la del LP de estudio donde apareció, SHINE ON BRIGHTLY (1968), quizá gracias al sonido orgánico, lleno de profundidad del disco. La grabación transmite que estamos presentes en el teatro donde se grabó asistiendo a algo muy magno, la orquesta y coros suenan en un segundo aunque poderoso plano, mientras que la batería del ENORME B.J. Wilson se une a esa profundidad con un sonido bastante cavernoso, algo que no sucede con los instrumentos eléctricos. En todo caso, Wilson se luce en Conquistador al igual que Dave Ball a la guitarra que emerge furiosamente aquí y allá emulando a la perfección a su predecesor. Completa el disco original All This And More de su A SALTY DOG (1969).
Los Harum en el teatro
Este LIVE se convirtió en el LP más vendido del grupo en Norteamérica, muy por encima de sus discos anteriores, y eso que tuvieron las narices de obviar del repertorio sus clásicos hits, como A Whiter Shade Of Pale e incluso Homburg, a la que unos arreglos orquestales le hubiesen encajado a la perfección. Tal es el nivel de la grabación y de Procol Harum en este disco que incluso su viejo Conquistador se convirtió en un single muy popular y con muchas ediciones internacionales, acompañada en algunos de ellos por Luskus Delph en la cara B, originalmente del BROKEN BARRICADES (1971), que disfruta de unos arreglos bellísimos protagonizados por trompa y el órgano de Chris Copping, y que seguramente estaba destinada a aparecer en el álbum original, recuperada como bonus en ediciones del LIVE en CD junto a la furibunda Simple Sister, registrada en los ensayos y arreglada muy ligeramente a base de la sección de vientos de la orquesta, y la inmortal y bellísima Shine On Brightly, aunque no está a la altura dramática de su versión en estudio.
Haber estado allí y haber presenciado el concierto debía de haber sido toda una experiencia. Desde los primeros momentos, en los que el grupo toma asiento antes de atacar el primer tema, con chiste incluido, hasta los momentos mágicos de A Salty Dog donde se puede apreciar los efectos especiales que el grupo incorporó a este directo, un sistema de sonido cuadrafónico que distribuía por toda la sala sonidos de gaviotas que parecían volar sobre las cabezas de los 3000 asistente. Todo muy mágico, muy intenso, muy profundo a la par que entretenido. Todo muy propio de Procol Harum
David
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jueves, 21 de marzo de 2019

HARD ROAD: LA HISTORIA Y LA DISCOGRAFÍA DE JONESY (PRIMERA PARTE)

El fascinante mundo del rock en el cambio de década de los 60 a los 70, y en concreto de la escena progresiva, ha dejado un legado de bandas increíble con algunos nombres legendarios en la década siguiente y otros ocultos o muy poco conocidos pese a la calidad de su producción. Tal es el caso de nuestros protagonistas, los ingleses Jonesy, que lanzaron tres elepés en el sello Dawn Records y cuya historia pasará por el blog en tres capítulos, uno por cada disco.
Relativamente poca información aparece en internet sobre Jonesy, aún menos en castellano, y en la mayoría de reseñas se repite el patrón de compararlos a King Crimson, cosa indiscutible pero solo en determinados momentos y sobre todo de su primer disco; la calidad y el talento compositivo de Jonesy deberían ser valorados por si mismos. Ante esos pocos datos me he valido para esta entrada de, sobre todo, el libreto del doble CD antológico Masquerade-The Dawn Records Anthology, lanzado por Esoteric Recordings y absolutamente imprescindible, a lo que he añadido mis valoraciones personales sobre cada una de sus canciones.
Nuestra historia comienza con una típica maniobra de los sellos británicos del momento; al igual que EMI o Decca, Pye lanzó un subsello, Dawn, en 1969 para albergar discos más aventurados, bandas underground y progresivas no destinadas a alcanzar el éxito comercial (¡aunque paradójicamente lanzó el exitazo de Mungo Jerry!). Dos años después firmarían a Jonesy, formados en 1971 por el guitarrista John Evan-Jones, inglés que junto a su familia había emigrado a Australia y que allí había militado en la banda de beat Chaos and Co. (con un single de éxito para Columbia en 1966) y en otra llamada Mickey Finn junto a su hermano, Trevor "Gypsy" Jones, bajista y vocalista. Esta última banda viajó a Londres en 1969 buscando un contrato discográfico y publicitario con EMI, pero sin éxito, con lo que retornaron a Australia salvo John que se estaba ganando un nombre como guitarrista de sesión.
Alternando trabajos de sesión con tours apoyando a otros músicos, como el que le llevó por Europa con Jake Holmes y su folk progresivo, Jones encontró la oportunidad de unirse a la banda irlandesa Anno Domini, a la que también se unió su hermano Trevor, lanzando el estimable LP de folk rock progresivo ON THIS NEW DAY para Deram en 1971. Todas estas experiencias estaban conformando un increíble bagaje de influencias para John Evan-Jones.
Anno Domini no tardaron en disolverse y John consiguió un contrato con el sello alemán BASF que editó en ese mercado su LP en solitario de folk progresivo COLLAGE, sin ningún tipo de impacto, pero cuyas sesiones sirvieron para comenzar a colaborar con el teclista Jamie Kaleth, ambos tremendamente influenciados por la nueva ola de bandas progresivas como Led Zeppelin y sobre todo King Crimson, con quienes se les emparenta casi de forma automática.
Ambos reclutaron al bajista David Paull y al batería Jim Payne y bautizaron a su grupo como Jonesy, derivado del apellido de John, y aquí comienza de verdad nuestra historia. Con un contrato con Dawn Records a finales de 1971 las sesiones de grabación comenzaron en los estudios Command de Londres y lanzaron su debut NO ALTERNATIVE en octubre de 1972 (Dawn DNLS 3042) producido por el propio Evan-Jones
Previo a la edición del LP, Dawn Records lanzó un single destinado a convertirse en una pieza de coleccionismo y un llenapistas de los DJs de psicodelia, freakbeat y progresivo, Ricochet / Every Day's the Same (Dawn DNS 1030). Every Day's the Same no estaba incluída en el LP y es una reflexiva pieza con masivo uso del Mellotron, sentidos coros y melodía y ritmo pop muy en la línea de Badfinger. Ya por contener una canción no aparecida en el álbum el single tiene su valor, pero es que en la cara A encontramos esa barbaridad de funk progresivo que es Ricochet en una mezcla alternativa a la del LP; Mellotron combinado con guitarra wah-wah, una base rítmica que entra como un cañón y una voz entregada le hacen una de mis canciones favoritas. Además el single presenta más atractivos como ser de los pocos 45s (de hecho, el primero) lanzados con sonido Cuadrafonico.
El single, que fue incluso lanzado por aquí con una portada adaptada de la del LP, inexplicablemente apenas tuvo impacto pero pronto le siguió el LP integrado por seis largas canciones. NO ALTERNATIVE se abría con la canción que le daba título, rock progresivo de primera desde sus primeros acordes combinando de forma magistral teclados y guitarra, y con patrones rítmicos que compían la ortodoxia del pop y el rock, un bajo muy destacado y una voz solista pasada por efectos de estudio, asimilándola usualmente a King Crimson. 
Heaven es otra composición de ocho minutos que ya presenta uno de los ingredientes esenciales a lo largo de toda la discografía de Jonesy, el Mellotron, siendo uno de las bandas del período más devotas del instrumento. Heaven, emotiva y aparentemente sencilla, presenta de nuevo similitudes con los momentos más calmados de King Crimson aunque la parte vocal me recuerda a Caravan. Mind of the Century incrementa la intensidad con una melodía hardrockera y, loados sean, más Mellotron, un puente de notas descendentes seguido por un abrasivo solo de guitarra. 
1958 es rock progresivo de manual, los instrumentos combinándose en una melodía mutante que cambia de ritmo a intervalos concretos y una batería espléndida con una exhibición en la caja y el charles que rellena cada instante de la pieza. Cascadas de Mellotron son el trasfondo de Pollution, composición ascendente de mensaje ecologista y cierta similitud a las exploraciones sonoras de Genesis, y para cerrar esta maravilla de placentera escucha, una versión alternativa a la del single de Ricochet, quizá con menos pegada (quizá por la ausencia de la mezcla cuadrafónica) pero totalmente adecuada para el espíritu y tempo del LP y con una coda que la enlaza con el inicio del álbum.
El disco fue acogido estupendamente por la crítica y la prensa, pero con poco impacto comercial pese a la intensa actividad de Jonesy en directo en Inglaterra, compartiendo cartel con gente como Matching Mole o Roxy Music, y ganándose un entregado fandom que les llevaron a asegurar una residencia en el Marquee Club, pero lo que parecía el comienzo de una prometedora carrera para el cuarteto comenzó a tambalearse por fricciones internas. ¡Pero eso formará parte de la segunda parte de la historia de Jonesy que veremos la próxima semana!
David

viernes, 26 de abril de 2013

EL DISCO DE LA SEMANA

STEVE MILLER BAND: Recall The Beginning... A Journey From Eden (Capitol, 1972; reedición en CD por Lost Diamonds, 2008)
En este blog ya hemos declarado nuestro amor por los primeros discos de la Steve Miller Band en alguna que otra ocasión. Discos fantásticos, espléndidamente producidos y repletos de canciones que configuran una colección que rivaliza con la de las grandes figuras del rock, aquellos mitos incontestables que en pocas ocasiones habrán sido tan denostados como el pobre Steve Miller y en etapas bien diferenciadas de su carrera: la primera, como integrante de una banda más bien underground y a la vanguardia del rock del momento; sus discos a partir del cuarto son considerados irregulares, desnortados. La segunda, como músico de éxito comercial global, a partir del octavo disco. Carne de emisoras oldies y radiofórmulas.
Bah, lo importante son los discos. Sobre todo escucharlos y a menudo desterrar más de cincuenta años de mitología rockera. Los discos de Steve Miller y su banda son cojonudos. Y este álbum de 1972, su séptimo y paso previo al éxito masivo con THE JOKER (1973) no lo es menos. Todos esos trabajos de la banda californiana tienen una extraña capacidad: su escucha siempre es agradable pese a la heterogeneidad de la que a veces hacen gala. Son la banda sonora perfecta a esas tardes de verano en las que no apetece hacer nada, sólo dejar pasar las horas mientras vemos como el sol se pone.
Welcome es lo que su título promete, una jubilosa bienvenida, una intro de poco más de un minuto potente y con metales que da paso a Enter Maurice, encantador y pequeño clásico escondido dentro de la discografía de la Steve Miller Band que recupera el viejo doo wop y que es la pieza que siempre escoge Juan De Pablos cuando habla de Steve Miller en su programa Flor de Pasión. Por algo será.
High On You Mama es blues armado a base de guitarras acústicas con Miller soltando suavemente la letra y Heal Your Heart es característico rock con toques R&B (coros y piano), optimista y energizante que perfectamente habría encajado en algunos de los tres primeros LPs de Steve Miller. Y encima con la colaboración a la guitarra de Jesse Ed Davis, nada menos. 
The Sun Is Going Down continúa con las buenas vibraciones gracias a su ambiente de grabación casera, comunal, de ritmo irresistible y algunos toques latinos. Finaliza lo que consistía la cara A original Somebody Somewhere Help Me, otra descarga de R&B milleresco con metales en lo que es otra producción vigorosa y lujosa a cargo del teclista y colaborador de Miller, Ben Sidran.
Love's Riddle es relajada y profunda en cuanto a ambiente y sonido gracias a su guitarra acústica y sobrio bajo, acompañados de sección de cuerdas. Una pequeña joya que me recuerda al Guinnevere de Crosby, Stills & Nash. Fandango comienza también de forma acústica pero pronto irrumpe con una fuerza deslumbrante para conformar un rock imponente en el que Miller se luce con la eléctrica. Ah, y esos coros tan suyos... pocos coros suenan tan bien que los creados por esta gente en esos discos mágicos... Nothing Lasts nace del cruce de guitarras acústicas, al modo de algunas tonadas del LED ZEPPELIN III, pero se enriquece con cuerdas, esos coros, aumentos de la intensidad a lo largo de la melodía propiciados por la base rítmica... Todo ello para conformar bello pop psicodélico con el sello inconfundible del sonido de la Steve Miller Band. Para terminar, Journey From Eden, la pieza más larga. Desde el principio la banda ataca la composición de forma pausada pero amenazante, y Miller vuelve a escupir las palabras de forma suave respaldado por una intensa sección de cuerdas cuyo protagonismo va creciendo con la canción. El pequeño clásico que deparó el LP.
Largamente fuera de la circulación y carente de una edición en CD al fin ha visto la luz en ese formato con las ediciones de Edsel, así que es fácil de localizar, aunque curiosamente mi copia fue lanzada por una discográfica argentina que lanzó algunos discos escondidos de Steve Miller Band en formato digipack en 2008, sin libreto pero con magnífico sonido. En su momento no fue un éxito comercial, nunca ha sido muy valorado por los críticos, su título no ayudaba a la causa... pero su compra no es recomendada, ¡es imperiosa!
David

jueves, 7 de febrero de 2013

EL DISCO DE LA SEMANA

ARTHUR VEROCAI: Arthur Verocai (Continental Records, 1972; reedición en CD por Kindred Spirits, 2011)
En mi progresiva pero lenta, calmada inmersión en los sonidos facturados en Brasil entre finales de los 60-principios de los 70, muchos de ellos englobados dentro del movimiento conocido como Tropicalia, y buscando algunas cosas imprescindibles, representativas y bastante evidentes de esos sonidos recibí la recomendación de un buen conocedor de una oscuridad procedente de 1972 y recientemente relanzada en CD, con la promesa de que se trataba de una obra maestra. Le hice caso, y pocas veces una recomendación ha sido tan acertada.
Este LP, durante mucho tiempo una cara pieza de coleccionismo, es una traslación genial de influencias norteamericanas, sobre todo provenientes de las músicas negras, de los 70 hacia los suaves y cálidos ambientes de la música brasileña. Obra de un productor y arreglista con larga experiencia en los estudios, su disco contó con la ayuda de grandes músicos y vocalistas, y unas lujosas envolturas a cargo de vientos y cuerdas. El sonido general del disco es, en una sola palabra, abrumador.
Y de esa producción grandiosa se benefician diez canciones en apenas veintinueve minutos que nos mecen cómodamente de la bossa hacia el jazz rock, pasando por el soul y el funk. Si tuviéramos que establecer una comparación con un músico más conocido aquí en occidente ese sería Shuggie Otis.
Caboclo es la primera de las piezas, con unas primeras notas en plan cantautor folkie acústico a las que se suma una decoración con sintetizadores, coros típicos de la música popular brasileña y toques de bossa y otras manifestaciones musicales del país; para terminar de presentar las credenciales, aparece la lujosa orquestación que será habitual a lo largo del disco. Pela Sombras es buena muestra de esa influencia de la música negra norteamericana de los 70, de Terry Callier por ejemplo, con un bello piano eléctrico que se ve enriquecido por vientos, con especial protagonismo del saxo y el trombón. Es una pieza versátil de jazz rock y con una base rítmica llena de groove.
Sylvia es un instrumental, primero de los dos presentes en el disco, profuso en el uso de instrumentos con una flauta solista, acercándose a Deodato y con inflexiones de banda sonora. Presente Greco es funk rock con guitarra Wah-Wah y poderosos metales, con una potencia y una fuerza aumentada por la letra cantada a coro. Dedicada A Ela es un tema más lento pero intenso, muy a lo P-Funk con un piano jazz-rock muy 70's. Seriado transita otros caminos de la música negra, el del soul con cierta presencia del gran Curtis Mayfield, y presenta una voz solista femenina, la de Célia.
Na Boca Do Sol incide en el funk de Dedicado A Ela, casi una pieza de Funkadelic pero con esos inconfundibles coros brasileños. Velho Parente y O Mapa son ejemplos de bossa y pop brasileño más ortodoxos, la primera de ellas con un desarrollo progresivo en el que van sumándose instrumentos. Para terminar, lo menos destacado de un disco sensacional disco si pensamos estrictamente en canciones: Karina, rock jazzístico y experimental con metales y solos de guitarra, saxo y trombón, y dominada por aires de improvisación.
Si a tal contenido le sumamos una bonita presentación en digipack con completo libreto repleto de grandes fotos, esta adquisición es más que recomendada... ¡es casi imprescindible!
David