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martes, 12 de diciembre de 2023

PROCOL HARUM EN 1973: CÉSARES DE LONDRES*

*El texto de esta entrada proviene, corregido y aumentado, de la reseña original del disco publicada en 2010 en este mismo blog.
GRAND HOTEL supuso para los Procol Harum un paso que afianzó su carrera y su trayectoria en los años 70 en un momento que para otras bandas podría suponer un descalabro: el abandono de su genial guitarrista, Robin Trower, e incluso de su breve sustituto, Dave Ball, sobreponiéndose y logrando establecerse como un poderoso grupo en su nueva compañía discográfica (Chrysalis) y el reto de mantener el prestigio -y las ventas- tras un disco tremendamente exitoso, el directo PROCOL HARUM IN CONCERT WITH THE EDMONTON SYMPHONY ORCHESTRA (1972).
Pero los Procol Harum siempre contaron con una dirección honesta, fiel a su estilo y firme de la mano de Gary Brooker, un tipo con un talento excepcional y convencido de poder mantener a los Harum en la élite del rock durante la exigente y al mismo tiempo extravagante década de los 70. Y a fe mía que lo consiguió; para ello, además, contaba con poderosas armas a su disposición: BJ Wilson a la batería, Alan Cartwright al bajo, Chris Copping al órgano, el eterno letrista surreal y extravagante, y alma de la banda, Keith Reid y un nuevo y muy potente guitarrista, Mick Grabham, antiguo miembro de la banda de pop psicodélico Plastic Penny y cuyo estilo se acercaba enormemente al de Trower pero aún más agresivo.
GRAND HOTEL, envuelto en una portada impagable, recupera el estilo más característico de Procol Harum, canciones épicas y dramáticas en su concepto sonoro al recurrir a estructuras y arreglos propios de la música clásica, y alejándose un tanto de su anterior trabajo en estudio, BROKEN BARRICADES (1971) en el que rompían en parte con esa forma de trabajar y que tanto sorprendió a sus seguidores. Así es en el tema que da título al disco, Grand Hotel, canción algo meliflua pero de interesante letra sobre la decadente pero suntuosa vida en un hotel de lujo. Grand Hotel, que ingresó en el repertorio de las favoritas para los fans, se ve mejorada por todos los demás cortes del álbum: la trepidante Toujours l'Amour que por su energía perfectamente podría haber sido incluida en su tercer LP HOME (1970), A Rum Tale, otra melodía inolvidable comparada a Homburg, la irónica TV Caesar y su lujosa orquestación con cascadas descendentes de sonido de órgano, la extravagante y casi totalmente acústica A Souvenir of London, el retorno al drama y la profundidad sonora, como en composiciones anteriores de la talla de Whaling Stories y A Salty Dog, de For Liquorice John, una triste oda a un amigo del grupo que poco antes se había suicidado.
El álbum se cierra con el clacisismo de Fires (Which Burnt Brightly) y la cierta experimentación (claramente es una canción fuera de los cánones habituales del grupo) de Robert's Box, algo similar a Boredom, de su HOME.
Además de todo eso, y sin duda, el disco contiene uno de los grandes temas de los Harum, un favorito de los seguidores del grupo y de la propia banda desde entonces, el agresivo Bringing Home The Bacon, una auténtica gozada que utilizaría la banda para abrir sus conciertos tras la publicación de este GRAND HOTEL.
La cuidada edición en cd de Salvo Records incluye como bonus y para alegría de todos los fans, sendas tomas primigenias, rudas y sin los arreglos posteriores (y con Dave Ball a la guitarra) de Grand Hotel y Bringing Home The Bacon. Un disco entusiasmante e imprescindible para completistas de los Harum y para los interesados en el rock británico de los 70 más allá de la primera, y bastante sobada, línea de figuras del mismo.
David
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viernes, 12 de abril de 2019

HARD ROAD: LA HISTORIA Y LA DISCOGRAFÍA DE JONESY (TERCERA PARTE)

La última entrega de este recorrido a la corta pero jugosa carrera de Jonesy la comenzamos en un momento relativamente álgido, con la buena acogida general a su segundo LP y con el grupo en el período de mayor estabilidad en cuanto a miembros, casi un año sin cambios en la formación lo que les permitió asentar su sonido.
Alabados por un apoyo al menos testimonial de su nuevo mánager y de Dawn Records se metieron de nuevo en el estudio (concretamente en Escape Studios y AIR Studios, en Londres), con más medios y presupuesto para la grabación, y registraron su tercera y última entrega, GROWING, un título más que apropiado para la nueva propuesta de Jonesy. Por primera vez un productor que no fuera el propio John Evan-Jones se hizo cargo del trabajo de dirigir las sesiones y fue Rupert Hine, de larga carrera con bastantes éxitos sobre todo en los años 80, proporcionando un sonido más limpio y trabajado, con bastantes arreglos de cuerda que vienen a sustituir al característico Mellotron del grupo lo que supone una decepción para los amantes del sonido de ese instrumento (¡como es mi caso!).
Lanzado en noviembre de 1973, GROWING (Dawn DNLS 3055) fue su disco más aclamado y el de mayores ventas, culminando su ascendente carrera en cuanto a música y repercusión sin perder un ápice de su integridad. Can You Get That Together inicia los surcos del artefacto con una avalancha instrumental de tormentosa base rítmica, metales y guitarra muy expresiva, al que se suman las voces, arreglos de cuerda y teclados... con un ritmo arrollador y ramalazos funk, al estilo de Ricochet, esta suite progresiva de ocho minutos y medio es un ejemplo magnífico del género. Un inicio de LP impecable.
Waltz For Yesterday es un cambio radical de estilo, una pieza instrumentalmente construída en su primera mitad sólo a base de sección de cuerdas y metales, sobre la que planea la voz, y que se electrifica en el puente con un solo muy hendrixiano de John Evan-Jones. La cara A se cierra con Know Who Your Friends Are, otra sensacional composición de rock progresivo pero con un espíritu más pop, al estilo de algunos singles de Yes. Otra vez la sensacional base rítmica, los teclados y una guitarra acústica son los protagonistas.
Growing abre la cara B, con guitarra y teclado juguetones, una pieza más luminosa y divertida con ciertos aires glam rock sobre todo en la voz, y curiosas aportaciones de sintetizadores y trompeta. 
Hard Road, que da título a estos tres artículos, le sigue. La canción más corta del disco es una estupenda canción de instrumentación (trompeta, piano y cuerdas) y estructura de pop barroco en su primera mitad, con mucho empaque, aunque cambia radicalmente a continuación dando paso a un inesperado rock de aires latinos. Hard Road podría haber sido un competente single si se hubiese editado en 7".
El disco acaba, casi como cerrando el ciclo de Jonesy, con una pieza titulada como el propio grupo. La composición más aventurada y arriesgada del grupo, el instrumental Jonesy aúna sonidos aleatorios de sintetizador, con guitarra y wah-wah y los metales de Alan Bown trazando melodías experimentales e improvisadas, donde percibimos ecos del free jazz de Miles Davis, de King Crimson y del krautrock, añadiendo percusión, saxofón y sintetizador ARP adicionales al sonido del grupo.
Siguiendo la dinámica de los anteriores discos el quinteto giró aún más intesamente que nunca para promocionar GROWING, LP que ganó el 1974 el premio del Festival de Jazz de Montreux al disco del año, momento que no fue aprovechado por las disenciones de Evan-Jones con la empresa de managemente que llevaba al grupo al que no consideraba una de sus prioridades, y con Pye Records, turbulencias que les impidieron acudir a recoger dicho premio. Sin ese apoyo esencial para intentar un desembarco en América, y como en tantas otras ocasiones de grupos sin el respaldo y la promoción debida, Jonesy se separaron.
Alan Bown comenzó a trabajar como A&R para CBS, mientras que los hermanos Jones montaron una nueva encarnación de Jonesy, de nuevo un quinteto con teclados y metales, grabando todo un LP en Escape Studios en 1974 y suscitando el interés de Virgin Records que no pudo fructificar debido a que su management que no quiso librales de sus contratos anteriores. Ese disco volvía a reflejar a la banda en un estado contundente, con rock progresivo de primera en la que volvía a tener participación el Mellotron y los metales al estilo de los primeros King Crimson, con momentos de tensión/relax como los propios Crimson o Pink Floyd. Lamentablemente en este triste final de historia, las grabaciones desaparecieron al sufrir un robo el estudio de sonido, sobreviviendo solo unas copias de las mezclas en cassette, que vieron la luz en 2003 en el disco SUDDEN PRAYERS MAKE GOD JUMP
Pese a lo prometedor del disco, que hubiese salido en el momento justo para el género, sus destinos atados por contratos y sin dinero para continuar, los hermanos Jones disolvieron definitivamente Jonesy, dejando un legado impecable de discos en una trayectoria fugaz pero brillante, que podría haber dejado más huella a nivel general si los hados (la industria, vaya) hubiesen sido propicios con ellos.
David

jueves, 28 de marzo de 2019

HARD ROAD: LA HISTORIA Y LA DISCOGRAFÍA DE JONESY (SEGUNDA PARTE)

La trayectoria de Jonesy continúa con un profundo cambio al poco tiempo de su formación. Pese a facturar un excelente disco de debut y a girar intensamente, turbulencias internas afectaron a la banda abandonando la misma el bajista David Paull y el batería Jim Payne, pero de esta fractura Jonesy salió fortalecido ya que conservaban a su principal compositor, John Evan-Jones, y al teclista Jamie Kaleth, que junto a Jones era el artífice del sonido y las influencias progresivas del grupo con su fantástico Mellotron.
John Evan-Jones
Así que ambos reclutaron a un nombre que ya había aparecido en esta historia, Gypsy Jones, hermano de John, al bajo y voces y a Richard "Plug" Thomas para la batería, y además ampliaron la formación con un viejo conocido de la escena musical inglesa y de este blog ya que le dediqué varias entradas a la biografía de su grupo: Alan Bown a la trompeta y al fliscorno. Los metales de Bown iban a cambiar en gran medida el sonido de Jonesy a partir de ahora!
"Gypsy" Jones
Insuflados con nuevas energías entraron a los estudios Escape en Kent en marzo de 1973, con inesperadamente todo el apoyo de Pye Records (no siempre será así, como veremos en la tercera parte) para que la banda dispusiera del tiempo necesario para la grabación, algo inusual si recordamos el poco impacto comercial de NO ALTERNATIVE.
Considerado generalmente un salto adelante para Jonesy en materia de creatividad, KEEPING UP (Dawn DNLS 3048) fue editado en mayo de 1973 y seguido de inmediato por un tour nacional para promoverlo, contando de nuevo con las buenas críticas de la prensa musical del momento.
KEEPING UP repartía a partes iguales las labores compositivas entre Jones y Kaleth con cuatro canciones cada uno, pero el conjunto es orgánico y fluye de forma natural. Se abre con Masquerade y unos arreglos de cuerda que dan paso bruscamente al sonido del grupo con el imprescindible Mellotron y un teclado juguetón que cede protagonismo a la voz y a la guitarra wah-wah sobre una potente base rítmica, con el espíritu progresivo manifestado en los abundantes cambios rítmicos. Los arreglos de cuerda son abundantes y toda una novedad para Jonesy, escritos por Evan-Jones y Ray Russell
Sunset and Evening Star, de John Evan-Jones, le sigue y fue la elegida por Pye Records en Francia para ser editada como single solo en ese país, con Song en la cara B. Éste y Ricochet fueron los únicos 7" en la carrera del grupo. Masivas oleadas de Mellotron y una melodía suave como un atardecer primaveral caracterizan la preciosa pieza con ciertas reminiscencias kingcrimsonianas, además de la expresiva guitarra. Preview nos presenta la primera intervención de peso de Alan Bown, otra tranquila composición instrumental guiada por el piano con riqueza de arreglos orquestales, al estilo de los Genesis en SELLING ENGLAND BY THE POUND que enlaza con la intensa, cambiante y casi funk en algunos momentos Questions and Answers. De nuevo el Mellotron tiene un papel fundamental.
Critique (With Exceptions) abre la cara B del LP superando los nueve minutos de duración y con influencias del free jazz, Evan-Jones sobrevolando la canción con una de las guitarras más negras del progresivo británico, y con Alan Bown a la trompeta acercándose al Miles Davis del momento, aportando esa influencia del jazz rock al nuevo sonido de Jonesy. El pequeño y relajado interludio de Duet da paso a Song protagonizada por los emocionantes arreglos de cuerda y el Mellotron combinado con el piano y una coda de genial guitarra eléctrica, una consistente pieza de rock un poco más convencional que el resto del LP, que se cierra con la brillante Children, sinfónica y muy deudora de King Crimson, donde Bown interpreta flauta, hay momentos de rock duro, otros de calma y reflexión y otros experimentales, metales jazzrockeros y pasajes de sublime belleza.
KEEPING UP mejoró con mucho las ventas de su predecesor y los shows de Jonesy crecieron en audiencia. No solo el público se fijó en ellos, la industria los consideró mejor posicionados en la escena del rock progresivo y una nueva agencia de management se hizo cargo de ellos, la WWA de Wilf Pine que también llevaba a Black Sabbath, The Groundhogs y Gentle Giant.
El futuro era esperanzador y parecía que nada podía ir mal, pero, ¿por qué Jonesy no figura en los listados del rock progresivo como uno de los grandes junto a King Crimson, Genesis, Camel, Yes...? ¿Cómo termina nuestra historia? En la tercera y última entrega asistiremos a los últimos días del grupo y repasaremos su excelente tercer LP, GROWING!
David

jueves, 25 de octubre de 2012

EL DISCO DE LA SEMANA

SOLERA: Solera (Hispavox, 1973; reedición en CD de EMI, 2000)
De lo que hablamos hoy es, simplemente, el mejor disco de pop español (y en español) de la década de los 70, así como el CONTRABANDO de Los Brincos fue el de los 60. A pesar de unas letras que pueden ser acusadas de machistas e incluso de homófobas, no podemos ni debemos olvidar que se trata de un producto de una época determinada y, en todo caso, lo que importa es la música, ¿no?
La producción de Rafael Trabucchelli, artífice del "sonido Torrelaguna", significaba que el grupo y sus canciones tendrían un envoltorio de lujo, y las canciones en su mayor parte respondieron a ese reto. Noche Tras Noche ya anunciaba las cosas buenas que vendrían a continuación en sus acordes iniciales de guitarra y ese pop beatlesco rico en coros y adornado con órgano de pegadiza letra y melodía que tan bien dominaba el cuarteto. Una Singular Debilidad, pese a su letra llena de tópicos sobre el mundo de la moda (y estereotipos sobre la singular debilidad del protagonista), es una adictiva melodía con importante piano ayudado por el órgano en los crescendos. Completa la obra la voz casi en falsete y una parte final que adopta un suave aire latino del que starían orgullosos los Rascals o un Stephen Stills también muy aficionado a ese tipo de cosas. 
Linda Prima es la primera joya del trovador dylanesco Rodrigo García, una gran letra acompañada por una instrumentación muy de pop británico al estilo de los Beatles o incluso de los Kinks, mientras que La Tempestad es pop perfecto, con un ritmo progresivo y buenos fraseos de guitarra en esta metáfora cantada y Tierra Mojada es una tonada pastoral acústica, el lado folk del grupo con flautas, coros a lo Crosby, Stills & Nash e interesantes efectos de cintas al revés en su puente. 
El Discípulo de Merlín es la crónica, velada por supuesto, de un viaje lisérgico repleto de clavicordio, cuerdas, percusiones y flautas que le otorgan un aire medievalesco a esta pieza de folk ácido. Volverás incide en la problemática de las relaciones de pareja mediante la singular prosa del dylanesco y genial Rodrigo García, e incluye la línea en la que se pronuncia la palabra que da nombre al grupo y al disco.
Hay que reconocer que a partir de este momento el disco comienza un pequeño declive debido a tres canciones que escapan del territorio del pop, digamos, underground y tienden peligrosamente hacia lo comercial y lo mal entendido como pop melódico. Recuerdo que cuando fui a comprar el disco, impulsado por lo que había oído en los monográficos de Flor de Pasión de Juan de Pablos dedicados a Rodrigo García, el tendero me comentó que se trataba de un gran disco, "con canciones como Agua De Coco Y Ron y Calles Del Viejo París". Normal que en este país se resalte y se recuerde lo menos afortunado como lo más popular, y que se eligiesen ambas canciones para componer un single. La letra de Agua de Coco y Ron es simplona, pero le salvan esos "Uuuuh" llenos de intensidad a base de teclados, batería y bajo que rompen el ritmo y que rememoran, de nuevo, a Stephen Stills y sus Buffalo Springfield. Completa el trío de pequeñas decepciones Juan, beatlesco melodrama cotidiano, eso sí, con muy buenas cuerdas. La sombra de McCartney aquí es alargada.
El disco remonta justo a tiempo para el final con Tiempo Perdido, machista pieza con gran guitarra, una gema pop con Los Beatles de nuevo como referencia pero en esta ocasión fijándose más en Harrison. Y como intachable colofón, la edición en CD añade un tema extra no editado en su momento probablemente por su atrevida letra, Jovencita, otra maravilla de Rodrigo García que debería haber formado parte del disco como parte indispensable de esa trilogía de canciones del autor, y que musicalmente se nutre de un encantador piano y arpegios de guitarra.
Y hasta aquí la historia de los talentosos compositores y multinstrumentistas José Mari Guzmán, los hermanos José Antonio y Manuel Martín y Rodrigo García (ayudados por gente como el prestigioso batería de estudio Regolí). Guzmán y García decidieron entonces formar los mucho más exitosos y reconocidos, pero menos interesantes, Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán. Pero eso, amigos, es otra historia...
David