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martes, 12 de enero de 2016

UN PEQUEÑO HOMENAJE A STEVIE WRIGHT

Aún impactado tras las tremendas sacudidas que ha sufrido la cultura popular del siglo XX al perder a dos iconos como Lemmy Kilmister y David Bowie, no quería dejar pasar más tiempo sin querer reflejar en unas líneas mi pequeño homenaje a Stevie Wright, cantante de uno de mis grupos favoritos de los sesenta, los Easybeats, de los que he encumbrado como Disco de la Semana un par de sus obras, y que nos dejó el 27 de diciembre. Desde que me enteré de la triste noticia gracias al blog Magic Pop he querido publicar este post y, al fin, aquí va.
La chispa para adentrarme en la discografía de The Easybeats la prendió un artículo sobre el grupo de Alejandro Díez Garín en el histórico fanzine Pussycat, y allí y en los discos del quinteto descubrí que estos tipos eran unos titanes tanto del beat, como del más sofisticado pop sesentero y de la psicodelia más ligera, adaptándose al cambio de sonidos conforme avanzaba la década. Y pese a que, como señalaba Alejandro en el artículo, Vanda y Young se empeñaban en componer canciones destinadas a ser cantadas en registros realmente altos a los que el pobre Stevie no llegaba, pero él se desgañitaba intentándolo. Y, hay que reconocerlo, mucho del encanto y de la personalidad de esas canciones se lo otorgaba ese esfuerzo a veces algo agónico!
En cada disco de los Easybeats hay unas cuantas joyas a incluir en las canciones imprescindibles de los citados estilos musicales, pero para ilustrar estas líneas me he decantado por Lovin' Machine (y ojo al tremebundo puente con el tema de Batman), una impresionante pieza de frenético beat-R&B que descargaban en directo pero que nunca la registraron en estudio, una pena porque su intensidad es estratosférica y al menos nos queda constancia en la legendaria actuación en la televisión alemana en febrero de 1967, el ultra-clásico Friday On My Mind en un playback de la televisión francesa que demuestra la entrega de un siempre espídico Stevie, que pese a interpretar mil veces canciones como esa en, a menudo, ingratos playbacks, su devoción hacia su trabajo era intachable y siempre fascinante. Y, por último, Black Eyed Bruiser, single de 1975 de su carrera ya en solitario, blues rock trotón y rock duro y cervecero orientado al mercado australiano y de la escena de los sharpies antes de que los AC/DC se quedaran con el trozo de pastel que ya estaba cocinado antes de que ellos entraran en escena (atención, fans de AC/DC: hay vida más allá de los Young y Cía!).
Gracias por todo, Stevie. Te echaremos de menos.
David

jueves, 26 de junio de 2014

EL DISCO DE LA SEMANA

THE EASYBEATS: Vigil (United Artists Records, 1968; reedición en Cd con bonus tracks por Repertoire Records)
En mis "años formativos" el Pussycat, modzine de Álex y Elena de Los Flechazos era una lectura de referencia, y en su número 10 incluyeron una biografía de los Easybeats que leí y releí tantas veces que me la acabé sabiendo de memoria. En aquellas páginas todo lo grabado por el grupo hasta 1967 era de lo mejorcito del pop 60s, pero en 1968 y salvo algunas gemas dispersas el grupo estaba perdiendo potencial a base de singles y LPs, como el VIGIL, pretenciosos, elaborados en exceso y poco divertidos (¡maldita psicodelia!). 
Por supuesto, yo me creí eso a pies juntillas. Curiosamente, la discografía de los Easybeats fue de las primeras que completé pese a esas advertencias de su producción de sus últimos años. Y ahora, con los años y el camino que han tomado mis gustos no puedo sino dejar de reconocer la maravillosa colección de canciones propias que alberga el VIGIL y disfrutarlas sin complejos, obras de un grupo influenciado por la psicodelia pero sin caer en el underground más arriesgado y sin perder de vista su habilidad innata para el pop más paladeable. Además, gracias al éxito de Friday On My Mind tenían medios para grabar y aprovechar todo el potencial de un estudio de grabación. Pese a todo ello, y pese a que el disco arranca con una de las canciones definitivas de la década (Good Times), el resultado comercial no acompañó (salvo en la siempre fiel Australia) quizá por una mala elección de los singles y de otras decisiones discutible como la portada del LP, una incomprensible foto en la que se ve muy de lejos al grupo (un problema siempre con los Easybeats el de las portadas... salvo la de su FRIDAY ON MY MIND, que no pasa tampoco de normalita y con el grupo uniformado en un año tan tardío para esas cosas como 1967), un título también extraño y una tipografía futurista que no encajaba con el espíritu de la época.
Pero lo bueno de todo ésto es la música. Good Times -que en alguna ocasión he visto referenciada como (Gonna Have A) Good Time- arranca con una fiereza inusitada arropando el habitual ritmo pulsante de los Easybeats, impulsada por el piano a lo Nicky Hopkins, las palmas y la batería del nuevo recluta Tony Cahill y desemboca todo ello en una catarata sónica de mod-rock repleto de guitarrazos, gritos y aullidos y un pobre Stevie Wright que, como era habitual, no puede llegar a las notas altas y por ello los Easybeats ficharon para la grabación -muy astutos ellos- al gran Steve Marriott para los coros, el cuál se hace con la canción con solo abrir la boca. ¡Un clásico imprescindible!
What In The World es amable pop de tintes psicodélicos pegadiza como el infierno y muy comercial que va ganando intensidad conforme avanza. Falling Off The Edge Of The World es el primero de los experimentos de épico pop psicodélico de Vanda y Young contenidos en el LP en una versión ralentizada aunque prefiero una segunda versión (que en realidad se grabó primero, en New York) más acelerada, de producción más prístina (la otra suena algo apagada) y abundante, exuberante en instrumentación (cuerdas, campanas, órgano...) que se incluyó en la versión inglesa del disco y que los equipara a los mismísimos Beatles. Esa versión primeriza por lo visto era una de las favoritas de la troupé de Andy Warhol y del mismísimo Lou Reed que la elegía cada noche en la jukebox del Max's Kansas City. Me cuesta mucho imaginar esa escena ya que poco tiene que ver la música de Reed con la de los aussies, pero en el cargado ambiente de la Factory y su alegre visión de la vida, todo es posible...
The Music Goes Round My Head es otra maravilla de pop barroco: aquí hay delicados clavicordios, clarinetes, oboes... que sostienen la melodía sobre la que canta el grupo. Pero aquí pasa otro caso parecido al de Falling Off The Edge Of The World, y es que hay otra versión mucho, mucho más acelerada (le gana medio minuto a la versión "clásica") que fue destinada a una cara A de single en Italia y en la que el grupo, pleno de electricidad, acomete la canción que arranca con una batería resonante, y pese a que aquí encontramos de nuevo vientos y clavicordio (éste en el puente) se enriquece la pieza con metales, cuerdas, guitarras eléctricas, coros más agudos (casi pop-art) y efectos psicodélicos. Una maravilla que, como la anterior, está contenida como bonus en la edición en CD.
Can't Take My Eyes Off You fue, seguramente, una rendición a las pretensiones de crooner de Stevie Wright y es una versión totalmente prescindible que baja un tanto el nivel del disco al igual que con Hit The Road Jack. Parece un poco incomprensible que en un LP de 1968 se incluyan versiones de estas canciones, pero es que los Easybeats siempre fueron muy suyos, un tanto excéntricos. Nada que ver con la excelente River Deep, Mountain High que incluyeron en su anterior disco, FRIDAY ON MY MIND (1967).
Sha La La es infeccioso bubblegumm con espíritu bluebeat (por lo visto el grupo estaba muy enganchado a esos ritmos por la época) adornado con metales y vibráfono. Agradable y pegadizo, pero nada trascendental. Come In You'll Get Pneumonia se sitúa en la onda del George Harrison del Blue Jay Way. De comienzo neblinoso, ritmo de trote lento pero creciente en intensidad al sumarse instrumentos, Mellotron y capas de voces, es una pieza muy ambiental que completa el cuarteto de gemas psicodélicas del disco junto a Falling, The Music y Hello How Are You. Y, por supuesto, fue objeto de dos ediciones en distintas versiones, siendo la destinada a una cara B en Alemania un primer mix de la pieza, más elaborado, con efectos psicodélicos en la voz y con sección de cuerdas prominente, todo mucho más beatlesco y más climático.
See Saw tiene esa pulsación característica de los mejores temas de los Easybeats construído sobre la batería y guitarras afines y un Stevie Wright siempre ayudado por coros entregados de Harry Vanda y George Young, vivo e infeccioso, una pieza para la pista de baile que podría encajar en su excelente producción discográfica de 1967 y adornada con Mellotron. Irresistible.
Land Of Make Believe es una pieza de precioso pop de vivaz base rítmica y originales interludios a base de piano y clavicordio, apareciendo al final de ambos el magnífico Mellotron. Fancy Seeing You Here es más pop pluscuamperfecto en la línea de See Saw con una melodía acompañada de pandereta y coros omnipresentes... y un Steve Wright que se queda corto en los tonos altos. Hello How Are You baja las revoluciones con pop psicodélico con un potente piano que mira de reojo a los Procol Harum al que se suman cuerdas, metales... Todo un lujo de producción que rivaliza con la más psicodélica primer versión, en la que también está el piano y las cuerdas (un cello muy beatle abre la canción) pero la voz está tratada con efectos y se añaden más versos antes del coro. Esta versión, más paladeable, apareció en una compilación australiana en 1970 y como bonus en este CD, por supuesto.
We All Live Happily Together es una broma pop-art repleta de cambios de ritmo, efectos de sonido, coros desaliñados... que a veces recupera el ritmo saltarín de Sha La La. Un producción muy de la época, intentando aprovechar todos los trucos de un estudio de grabación. I Can't Stand It, original de los Chambers Brothers, es la tercera versión del disco y la que lo cierra, y en este caso sí que es una buena incorporación al repertorio de los Easybeats en una lectura muy potente (aunque sus voces son mucho más agudas que las de los norteamericanos), seguramente impresionados por el LP del año anterior de los Chambers Brothers. En efecto, una buena versión, pero en Australia fueron lo suficientemente listos para retirar las tres versiones del disco y sustituirlas por un imbatible original de los Easybeats, la inmortal Bring A Little Lovin', canción de evidente potencial que el grupo no supo aprovechar pero sí nuestros patrios Bravos! En cualquier caso, a los australianos les quedó un LP impecable!
Aún sigo disfrutando de aquel artículo del Pussycat, pero me puedo permitir defender este LP como un gran disco de pop en el que los Easybeats transitaban por nuevos y multicolores caminos, a veces con paso dubitativo pero firme en la mayoría de los casos. De aquellas sesiones salieron otras piezas maravillosas de pop psicodélico recuperadas en el recopilatorio de rarezas THE SHAME  JUST DRAINED (1977), y VIGIL constituye el último gran LP de los Easybeats, aún con más mérito ya que le sucedió el desastroso FRIENDS (1969). Y sólo por esa Good Times, ya vale la pena!
David

miércoles, 20 de octubre de 2010

EL DISCO DE LA SEMANA

THE EASYBEATS: Volume 3 (Albert, 1966; reeditado en cd por Repertoire Records)
Aaah, Australia, hogar de estupenda música pop a lo largo de las décadas, el Shangri-La de los Kinks, y lugar de origen de uno de los grupos más originales y apreciados de la década de los 60, los Easybeats.
Siendo sincero, no colocaría a los Easybeats entre mi top de los mejores, pero estarían a punto de entrar en él, y por muy poco. Curiosamente fue uno de los primeros grupos de los que completé su discografía al poco tiempo de empezar a coleccionar discos, en primer lugar tras empaparme de un artículo biográfico escrito por Alejandro Díez-Garín (Los Flechazos, Cooper) en un número de su fanzine Pussycat, y es que sus producciones siempre tienen un toque especial y adictivo sobre todo conforme avanza la década de los 60.
Éste fue su último álbum compuesto y grabado en Australia y producido por Ted Albert antes de viajar en busca del éxito internacional a Inglaterra y ponerse en manos del productor Shel Talmy, un viaje decisivo ya que en él se gesta el gran disco de los Easybeats, FRIDAY ON MY MIND (Parlophone, 1967), pero confieso que este VOLUME 3 es, aparte del citado FRIDAY, mi favorito de la banda, un paso adelante del beat que impregnaba sus dos primeros álbumes y un adelanto de las cosas que estaban por llegar (influencias R&B y de los Who, psicodelia primeriza, etc.), todo ello ejecutado con una asombrosa energía en unas composiciones magníficas, a pesar de que el peso compositivo aún recaía en la pareja del cantante Stevie Wright y del guitarrista George Young antes de que esta responsabilidad pasase a manos de este último junto al otro guitarrista, Harry Vanda, un hecho trascendental que sucedió, de nuevo, en el disco FRIDAY ON MY MIND.
Todo arranca con la tremenda Sorry, un pildorazo de guitarra cortante, coros histriónicos (nada de dulces y empastadas voces las de estos chicos...), la pujante batería de Snowy Fleet... todo un ejemplo de esa extraña pulsación de las canciones de los Easybeats de la que hablaba Alejandro Díez en su artículo. Funny Feelin' sigue la misma línea con una guitarra muy de los Who de la época (pienso en A Legal Matter), así como la estupenda y bailable You Said That con un irresistible ritmo y palmas.
Say You Want Me es una balada beat al igual que Dance of the Lovers, esta última adornada con órgano, toda una novedad en un grupo eminentemente de guitarras.
Goin' Out of My Mind es toda una precursora de su producción a partir de 1967, con una entrada, de nuevo pulsante, en la que parece que la canción va a salir propulsada la canción a toda velocidad pero de repente nos encontramos con una melodía ralentizada y amenazadora, toda una lección a aprender por cualquier aspirante a banda de garage. Y es que en este disco los Easybeats nos ofrecen algunos pildorazos dignos de ser considerados garage nuggets, como
Not In Love With You y Promised Things y sus duras guitarras, melodías irresistibles e interpretación vocal amenazantes.
The Last Day of May es un extraño experimento dramático, casi una raga con los extraños coros del grupo que se convirtieron en un elemento típico de muchas de sus producciones. La única canción no compuesta por Wright y Young es Today, del batería Snowy Fleet, un buen tema de aires R&B con piano a lo Nicky Hopkins incluido. Y si hablamos de R&B no podemos dejar de mencionar dos temas frenéticos y divertidos, My My My y What Do You Want Babe.
Para cerrar el LP, el folk rock de aires californianos de Can't You Leave Her que nos puede dar una pista de que en esos momentos los Easybeats estaban escuchando los primeros discos de los Byrds.
Luego vendrían en la carrera del grupo los discos FRIDAY ON MY MIND, VIGIL (1968) que tenía buenos momentos pero acabó siendo un proyecto errático por sus excesivas pretenciones y la extraña mezcla de canciones y estilos (las versiones elegidas sólo pueden calificarse de bizarras) y el absolutamente fallido FRIENDS (1969), aparte de la estupenda recopilación de rarezas THE SHAME JUST DRAINED (1977), pero este VOLUME 3 es un punto álgido en su carrera.
Como en todas las ediciones de Repertoire de discos de los Easybeats, éstos se completan con multitud de bonus tracks, algunos temas primerizos, versiones alternativas de otros... tanto cosas aprovechables como otras que no, pero interesantes al fin y al cabo. En todo caso, VOLUME 3 es un disco inmediato (ninguna canción supera los tres minutos), encantador y de pop intachable. ¡Una gozada!
by David