sábado, 30 de noviembre de 2013

¿ES ESTO EL CIELO... O EL COLOUR ME POP DE LOS MOVE?

En enero de 1969 se emitió la media hora del programa de la BBC Colour Me Pop cuyos protagonistas eran The Move, una de las más imprescindibles bandas británicas surgidas en los 60 cuyo repertorio de singles rivaliza con el de otras bandas contemporáneas popularmente sacralizadas. Sus LPs no disfrutan del mismo estatus que sus 45s, pero de los cuatro para mi hay dos que son obras maestras absolutas, su primero (THE MOVE, 1968) y el último (MESSAGE FROM THE COUNTRY, 1971).
Esta media hora celestial presenta a lo que podríamos denominar The Move Mk II, como cuarteto tras el abandono del bajista Ace Kefford pero manteniendo todo su poder con armonías a tres voces, un poderoso sonido de bajo (explotado hasta niveles inconcebibles en MESSAGE FROM THE COUNTRY) y la magnífica guitarra y voz de Roy Wood. Como siempre, a la batería y con sus característicos redobles, Bev Bevan, mientras que al bajo y ocasional voz solista Trevor Burton disfrutaba de sus últimos momentos como miembro del grupo. A la voz solista, uno de mis cantantes favoritos de los 60, Carl Wayne (¡y al bajo en The Christian Life!). Siempre elegante, comedido pero potente, de característica voz... sin ella, muchos temas de The Move no serían ni mucho menos lo mismo, y que bien empastaba con la de Roy Wood... Es decir, tenemos unos Move inmediatamente previos a la llegada de Rick Price y Jeff Lynne y los profundos cambios que ello conllevaría.
Su repertorio de 1969 aún mantenía algunos de sus grandes éxitos, de su etapa Pop-Art y psicodélica: I Can Hear The Grass Grow, Flowers In The Rain, Fire Brigade y Blackberry Way, pequeña muestra del inconmensurable talento del grupo y de su líder Roy Wood. Además, singles que miraban ya más hacia lo que iban a ser los Move más roqueros en la siguiente década (Wild Tiger Woman), canciones de su LP SHAZAM que vería la luz unos meses después (Beautiful Daughter, The Last Thing On My Mind) y ejemplos de su creciente interés en el rock de la Costa Oeste norteamericana desde 1968 con versiones que llenaban sus directos esperando ser aceptados por el público más underground de clubs como el UFO, siempre recelosos del éxito comercial del grupo: The Christian Life, directamente extraído de una copia del SWEETHEART OF THE RODEO de los Byrds (1968), Goin' Back también prestada del repertorio de los Byrds y la propia The Last Thing On My Mind original de Tom Paxton, además de la preciosa Something, cara B de Blackberry Way (¿un playback, o interpretada con sonidos pregrabados de todo el background de la canción a base de flautas, cuerdas..?).
Los Move siempre han estado, y estarán, en mi top 10 de bandas. ¡Cosas como este delicioso documento histórico me reafirman en mi postura a base de canciones inapelables y entregadas intepretaciones!
David

jueves, 28 de noviembre de 2013

PSYCHSPLOITATION!!!

Ese es el título del nuevo disco de la banda Satan's Pilgrims, un compendio alucinante y alucinógeno en edición limitada de 500 copias en vinilo negro o de color (con descarga digital incluida) publicado por Merlin's Nose Records y que, como el título indica, se trata de un disco completamente instrumental con trece canciones que acercan diversas influencias del pop a la vibrante psicodelia, al estilo de oscuros LPs, como los denominados library music, cargados de pastiches que intentaban acercar un estilo más o menos underground al gran público o simplemente aguardar hasta ser recuperados como parte de alguna banda sonora de alguna infame película también del género Psychsploitation. Y todo ello ejecutado por eficientes pero anónimos músicos de estudio dispuestos a fusilar cualquier cosa mínimamente susceptible de ser psicodelizada!
En este caso no se trata de músicos anónimos sino de los Satan's Pilgrims, banda de Oregon formada hace veinte años y normalmente dedicada a sonidos surf. Y parte de eso hay también en este disco, música psicodélica con espíritu surfero y guitarras con twang que a menudo resurgen aquí y allá entre otras guitarras fuzz, sitares eléctricos, teclados de espíritu ácido, algún fragmento phaseado, garage rock...
Los mejores momentos, que son muchos, los constituyen la levitativa (y con coros muy evocadores de soft pop) Tracers (Of Love), la viajera 10,000 Mirrors, Kaleidoscope (psicodelia orientalizante a lo Costa Oeste con gran guitarra fuzz y teclados), los guitarrazos a lo Who de Night Of The Face, la psicodelia llena de groove de Psycle Pswami y comienzo electrizante (si hubiese sido grabada en 1968 sería un llenapistas en las pistas de sonidos blanco) y su continuadora en espíritu y en groove Psych-A-Go-Go (Psych Out!) y, sobre todo, la impecable versión del clásico In The Past de los We The People, y es que con la lectura de los Satan's Pilgrim parece que esta canción nació para ser tocada de forma instrumental!
David

viernes, 22 de noviembre de 2013

THE OUTER LIMITS!

Gracias a un buen amigo de Making Time (¡gracias, Adrian!) he conocido la existencia de este pequeño reportaje que data de 1968 o más seguramente de inicios de 1969 que narra, con intervenciones de los propios miembros del grupo, el desmembramiento de la banda de pop proveniente de Yorkshire The Outer Limits, responsables de dos singles (además de algunas grabaciones inéditas) en los sellos Deram e Instant (en lo que fue la primera referencia de este sello subsidiario de Immediate). 
En el mismo escuchamos algunos fragmentos de su música, y podemos intuir que se trataba de una potente banda en directo; de hecho fueron elegidos para compartir gira con la Jimi Hendrix Experience y los Pink Floyd de Syd Barrett. Sus dos singles son estimables, sobre todo el primero, Just One More Chance / Help Me Please (1967), siendo su cara B su momento estelar, una pieza en la que todo, desde el agresivo ritmo, la instrumentación y la voz rugosa contrarrestada por dulces coros, la encuadran como una gema de Freakbeat. Su segundo single (1968) incluye en la cara A la más prescindible y melosa Great Train Robbery acompañada por la más interesante Sweet Freedom. Un ejemplo de pop comercial muy de la época que indica por donde van a ir los tiros del siguiente proyecto del guitarrista y cantante de los Outer Limits, Jeff Christie, que con su grupo Christie consiguió fama mundial gracias a la chiclosa Yellow River.
En el reportaje se les presenta como un grupo a punto de alcanzar la fama justo en el momento de su ruptura, algo que no concuerda mucho con el poco impacto de sus dos escasos singles. De una forma un tanto temeraria se asimila su sonido al de poderosas bandas como Cream, Blind Faith, Humble Pie y nada menos que Blood, Sweet & Tears, inclusión de estos últimos cuanto menos curiosa ya que su sonido no tenía nada que ver con los ejemplos precedentes. Se exponen varias causas de la ruptura pero la mayor la dejan bien clara: el dinero, o la escasez del mismo, ya que cobraban apenas seis libras a la semana (¡esos mánagers!) pero se pueden intuir otros motivos, como la debacle de su sello Immediate que privó de promoción a muchos de sus grupos y quizá también el cambio de gustos entre la juventud más underground; en el propio reportaje se pueden ver a varios jóvenes entrevistados mientras suena de fondo rocksteady.
En resumen, seguramente se exagera la relevancia o el posible impacto que entre las masas causaban o se adivinaba que podían causar los Outer Limits, pero entre otras cosas podemos disfrutar de la banda atacando en directo Hey Joe, un videoclip en una calle con una pinta estupenda mientras suena una canción increíble que no he identificado todavía, o admirar la fenomenal estética del grupo, tiempos mejores en los que abundaban las melenas, enormes patillas, pañuelos al cuello y elegantes trajes.
David

miércoles, 20 de noviembre de 2013

LOS HUÉSPEDES FELICES: LAS COSAS QUE NO VEMOS

He tardado tantos días en redactar la reseña sobre el nuevo disco de Los Huéspedes Felices porque he necesitado varias escuchas del mismo para poder asimilar lo que tenía delante: la culminación, por el momento, de la obra musical del grupo! Una colección de canciones inmensa que aglutina gran parte de los estilos que por aquí preferimos: psicodelia, pop 60's, folk ácido... saltando de uno a otro con coherencia y habilidad. Sus letras en castellano provocan la atención y no la desazón como en otras bandas que componen en nuestro idioma, el ambiente en general retrotrae a grandes discos de la época y la producción es brillante. ¡Impecable e impactante!
LAS COSAS QUE NO VEMOS comienza con El Jardín, delicada pieza de folk ácido repleta de percusiones, guitarras acústicas, un teclado que suena como un clavicordio... muy al estilo de Los Brujos de Miguel Ángel Villanueva o Los Brincos de finales de los 60 (en canciones como La Fuente). Si esto empieza así, ¡la cosa promete! Y vaya si lo hace... Buscando El Sol tiene un título muy de George Harrison y la verdad es que la levitativa guitarra de la canción es harrisoniana en un tema de pop psicodélico con letra sobre lo que es real y lo que no que posee el aire más 70s del disco. Cerca Del Suelo retrocede unos años y es una gema freakbeat de ritmo contundente, pesado, con duras guitarras y teclado propio del género. Un, Dos, Tres... es jubiloso pop con inflexiones psicodélicas gracias en gran parte al órgano que proporciona ácidas melodías y a las voces y letras como siempre crípticas pero de profundo regusto psicodélico (continuas referencias a la menta, la búsqueda, la realidad o lo que podemos llegar a entender por ella...) y ramalazos de poderosa guitarra que enlazan, como no podía ser de otra manera, con ...Al Escondite Inglés, un instrumental a modo de coda del tema anterior de ritmo endiablado y lleno de groove. Las líneas que traza el teclado le dan un aire oriental más que apropiado y, ojo, que su final engaña! Todo un homenaje a la mejor película ye-yé rodada en este país. Los Huéspedes cierran la cara A con Perdido En La Luz, experimento sonoro construido a base de tres canciones en una, bellamente psicodélico.
Foto extraída del blog de Los Huéspedes Felices obra de José Ardá
En Un Día Oscuro (Canción Triste) abre la otra cara, una de las canciones del disco con letra más accesible y en la que dominan las texturas acústicas en su primera mitad hasta que entran decididamente las guitarras eléctricas, el teclado y la batería. Las Cosas Que No Vemos es potente y agresiva, con guitarrazos que aparecen y desaparecen y en la que brillan el teclado y la letra cantada a varias voces de Los Huéspedes, y es que el de los coros es otro aspecto en el que brilla el grupo. Pájaros es una preciosa pieza pop con partes de la melodía que me recuerdan a Miedo, uno de los clásicos de Los Imposibles, y con unos estupendos solo de guitarra y coros, además de un inesperado y muy evocador (por su título) teclado al final de la canción. Le sigue la ya conocida Llueve, tema riquísimo en cambios melódicos, y que es estupendo tenerla al fin en formato físico. Las Hojas Caen contrarresta la potencia de Llueve con su comienzo lleno de delicadeza y belleza minimalista hasta que rompe en estupendo, pero calmado, pop sesentero. Cierra la obra la instrumental y psicodélica Otoño, crepuscular, melancólica, con cierto aire de la Costa Oeste.
Los Huéspedes Felices, aliados con Clifford Records, están facturando algunos de los mejores discos de este país, al fin orientados a la edición comercial de sus canciones y dejando de ser un maravilloso secreto para iniciados. Pero sus canciones no se resienten y estos artefactos son piezas a incorporar a cualquier colección que se precie de popsike!
David

viernes, 15 de noviembre de 2013

¡YA A LA VENTA EL NUEVO LP DE LOS HUÉSPEDES FELICES!

El pasado 4 de noviembre Clifford Records publicó el segundo LP de Los Huéspedes Felices, LAS COSAS QUE NO VEMOS, esperada rodaja de vinilo cargada de folk rock y psicodelia, doce nuevas canciones a sumar al extenso, hipnótico y siempre entusiasmante repertorio de Los Huéspedes Felices.
El formato es intachable: LP acompañado de un CD, todo ello envuelto en una carpeta doble; un bonito, evocador y misterioso artwork que rompe con la habitual política de mostrar una foto de la banda en la mayoría de discos de grupos actuales de estilo 60s, psicodélicos, etc. Aunque no estoy para nada en contra de esa tradición, en algunos artefactos puede que encaje un apartado artístico más en consonancia con el contenido. Con este bonito diseño Los Huéspedes Felices hacen gala una vez más de distinción y elegancia!
Pronto aparecerá por aquí la oportuna reseña de las canciones del disco, y hasta que aparezcan las canciones del LP en su bandcamp y encarguéis vuestra copia pertinente, se puede disfrutar de su ya conocida Llueve, incluida en el single previo cuya portada enlaza directamente con este LP (quién tenga la copia física lo podrá comprobar) y Las Cosas Que No Vemos, que da título al disco y es una pieza de contundente ritmo cimentada sobre poderosos teclado y guitarra, en el blog del grupo.
Un grupo en estado de gracia con un LP que confirma su habilidad en ésto del pop-fok-rock psicodélico... ¡Un disco imprescindible!
David

martes, 12 de noviembre de 2013

EL DISCO DE LA SEMANA

VARIOS: Feeling High. The Psychedelic Sound Of Memphis (Big Beat, 2012)
El mundillo de los jóvenes psicodélicos de Memphis entre 1967 y 1969, años que comprende este disco, era extraño y subterráneo. Me puedo imaginar que no sería fácil practicar ciertos sonidos en un área dominada por músicos de soul y blues, arrastrando aún la fama del rockabilly de los 50, con afamados estudios que facturaban éxitos para sellos como Atlantic, con la influencia de la cercana Nashville y su country...
Esos jóvenes de aspecto extraño y largo pelo que escuchaban discos facturados en la Costa Oeste y en la lejana Inglaterra no debían ser muy bien vistos, y menos aún bien recibidos en los estudios de grabación, y leyendo el libreto se percibe algo de eso ya que la mayoría, si no todas las grabaciones, se registraron de noche, cuando los estudios quedaban libres de los músicos "respetables", generando una serie de canciones fascinantes que quedaron en su gran mayoría inéditas, sin ser aceptadas por ningún sello para ser publicadas.
Y todo ello gracias a otros dos jóvenes interesados en los más extraños sonidos y propuestas y que actuaron como canalizadores de todo este movimiento, produciendo a los grupos y músicos locales que buscaban aventurarse en algo tan marginal como podrían ser los vagos ecos que llegaban a Memphis del Verano del Amor del 67: Jim Dickinson en los estudios Ardent y James Parks en los Sounds Of Memphis.
De la mano de Dickinson y las sesiones que dirigió en los estudios Ardent, de fama y culto mundial en los 70 gracias a Big Star, Hot Dogs, Cargoe, etc., nos llegan a través de los surcos de este magnífico artefacto la versión del For Your Love de los Honey Jug, una de las tres únicas canciones del disco que fueron publicadas en single, una versión oscura y psicodélica, llena de eco, efectos, teclado viajero y guitarras levitativas; además, la propuesta más bizarra, experimental y aventurada de la escena psicodélica de Memphis (aunque provenían de Arkansas), los Knowbody Else, con su sonido muy deudor de los grupos de Texas del sello International Artists. No hay más que oír la voz de su cantante, Jim Mangrum, para notar las similitudes. Tras un cambio radical, este grupo alcanzó estatus de estrellas al menos en Estados Unidos en los 70 bajo el nombre de Black Oak Arkansas!
Los más anglófilos de todos estos grupos son sin lugar a dudas The Wallabys con su pop beatlesco y suaves aromas psicodélicos como en Holy Days marcado por el sitar y la bonita Old Man Of Time, pop barroco y muy inglés con clavicordio incluido. The Goatdancers era el grupo de Terry Manning, personaje habitual en el entorno de Ardent durante varias décadas, colaborador de Jim Dickinson en esos años en el estudio y responsable de un buen disco en solitario unos años después. La propuesta del grupo era más cercana al garage rock con teclado maníaco en Eat Me Alive y al folk rock en We're In Town
Otra de las composiciones que vieron la luz comercialmente fue Dancing Girl de The 1st Century, una estupenda pieza de aire medieval y oriental a partes iguales, con flauta, dulcimer, percusiones, varias voces... Podría encajar a la perfección en una recopilación de folk ácido de los 60. Y aunque no producidas por Dickinson pero sí arregladas por él son dos de las mejores canciones del disco, el potente soul rock de The Poor Little Rich Kids, dos gemas grabadas en los estudios de Stax e incomprensiblemente no publicadas en su momento. Come On Along And Dream y sobre todo I Need Love deberían tener desde ya estatus de clásicos!
Por su parte James Parks en las sesiones de madrugada en los estudios Sound Of Memphis facturó grabaciones de prístino y brillante sonido pero más contundente sonido que iban del crossover entre sonido de Texas y psicodelia inglesa de Rubber Papper de Sealing Smoke a las brutales excursiones sonoras con saxo, guitarras espaciales, codas instrumentales y voces desquiciadas de las grabaciones de Greg McCarley pasando por el groove a lo Brian Auger & The Trinity de Triple X y de Changin' Tymes y su Blue Music Box, publicado por un sello local, brutal pieza que recupera el ritmo del Get Ready de los Temptations y lo baña en guitarra fuzz. También a ellos pertenece la levitativa Hark The Child, muy en la onda de San Francisco.
Para terminar la hipnótica, y también muy similar a lo proveniente de la Costa Oeste, Deja Vu de Judy Bramlett, la versión de los Beatles de turno, en este caso Ticket To Ride en lectura progresiva a lo Vanilla Fudge de Mother Roses (la única pieza prescindible del disco, por cierto) y el rock psicodélico machacón de David Mitchell.
Para buscadores de rarezas de rock psicodélico y aventureros del underground musical sesentero de los diversos estados de EEUU, este es otro disco imprescindible que añadir a la colección. Varias de las piezas en él incluidas son realmente apabullantes y además supone un eslabón previo y necesario en la historia de un sello importantísimo en la década siguiente, Ardent Records!
David

miércoles, 6 de noviembre de 2013

THE ALAN BOWN SET PARTE 4: KINGS OF THE CLUBS

Como muchos lectores veteranos recordarán, en Making Time se inició el relato por capítulos de la fantástica saga de un grupo muy querido en este humilde rincón adornado de psicodelia y otras hierbas. Es hora de cumplir con una deuda pendiente, la de cubrir los fantásticos primeros años de The Alan Bown Set tras el repaso no cronológico que hemos hecho de su etapa de finos ejecutantes de pop psicodélico (parte 2), banda en transición y algo despistada con un oído puesto en el jazz rock (parte 3) y estupendos prog-rockers (parte 1). Dicho ésto, vamos allá.
Alan Bown, un trompetista veterano de la escena beat de inicios de los 60 que con los Embers se recorrió el circuito usual de estas bandas, incluyendo la residencia en el Star Club de Hamburgo, asumió el liderazgo por un tiempo hasta su disolución de los John Barry Seven, prestigioso septeto montado por el compositor y productor inglés.
La escena musical inglesa en ese año era extremadamente efervescente, y Alan Bown tenía que ser parte de ella por derecho propio como el persistente trabajador de la música que era, así que reclutó a antiguos colegas del John Barry Seven como eran Jeff Bannister (teclados y voces), Dave Green (saxo, clarinete y flauta) y Stan Haldane (bajo), y junto a ellos a Vic Sweeney (batería) y Pete Burgess (guitarra) para formar los ABC (Alan Bown Community), rápidamente rebautizados como Alan Bown Set.
Alejados del beat y rutinario R&B imperante en las listas y fuertemente orientados al soul y al jazz, y tras patearse el circuito de clubs londinenses (Marquee, Klook's Kleek, Flamingo, Speakeasy...) y las Midlands durante casi un año con un éxito y seguimiento de sus fieles (jóvenes mods y antillanos) cada vez mayor en verano de 1965 son fichados por Pye tras el visto bueno de Tony Hatch, que les produjo su primer single, Can't Let Her Go/I'm The One Who Loves You, la cara A una versión de los Hipster Image que no es sino elegante beat apoyado por los vientos pero a la que le falta algo de fuerza, y la B una versión de Curtis Mayfield, más enérgica y quizá una mejor elección para la cara A. En todo caso, en ambas canciones se nota que, aunque la voz solista de Bannister es buena, le falta algo de garra y carácter.
A principios de 1966 la banda sufre sus primeros cambios, abandonando la misma Dave Green, cansado de la dura vida en la carretera. Su sustituto sería John Helliwell, con lo que la banda no perdía talento en la sección de vientos pero eso no fue todo ya que su siguiente recluta sería un nuevo vocalista llamado Jess Roden que se ganó el puesto tras considerar la banda a otros candidatos, ¡entre ellos nada menos que Robert Plant que en aquel momento estaba en un grupo llamado Listen! El primer producto discográfico de esta nueva alineación sería el disco Baby Don't Push Me/Everything's Gonna Be Alright, y vaya si ya se nota la potente voz de Roden. Ambos temas tienen muchísima más fuerza que su primer single, están mejor producidos, los metales y las bases rítmicas cobran protagonismo y ambas caras son rompepistas indiscutibles.
Tres meses después, en julio, le siguió el siguiente disco del Set con los temas Headline News/Mr. Pleasure. Headline era una versión de Edwin Starr con lo que nos encontramos con un cañonazo de tema, con coros estridentes y agudos, similares al estilo mod-soul de los Action, y Mr. Pleasure es elegante pop soul al estilo de las composiciones de Curtis Mayfield con Bannister de nuevo a la voz solista. El tercer y último single de 1966, año en el que el grupo entregó seis excelentes canciones con mínima repercusión comercial y radiofónica, estaba compuesto por Emergency 999 y Settle Down, siendo Emergency su tema más conocido, y con razón: todo en ella se conjuga para crear un clásico mod: urgencia, ritmo bailable, increíbles metales y voz solista, melodía infecciosa, estribillo adornado con Na Na Nas para gritar en la pista de baile... Settle Down, una composición propia, es una pieza elegante y jazzy para relajar el ambiente tras el pepinazo de la otra cara.
Ante el escaso impacto de sus discos Pye intentó con ellos otra estrategia: lanzar un disco en directo para mostrar al grupo en su hábitat natural, donde triunfaban cada noche, y también aprovechar el apetitoso mercado que el público de los clubs del Swinging London ofrecía. LONDON SWINGS - LIVE AT THE MARQUEE CLUB fue el título elegido para el LP con una cara del mismo ocupada por el Alan Bown Set y otra por Jimmy James & The Vagabonds. La interpretación y el repertorio del grupo son implacables: It's Growing de los Temptations con una intro tomada del Satisfaction de los Rolling Stones; Emergency 999, unas exquisitas I Need You de los Impressions y el clásico Sunny, Headline News, Down In The Valley de Solomon Burke con un increíble Jess Roden luciéndose y para acabar una arrolladora The Boomerang de Don Covay con un epílogo stoniano. Dos conclusiones rápidas de este disco son que The Alan Bown Set eran una banda demencialmente buena en directo y que los temas de sus singles estaban a la altura de los clásicos soul que interpretaban.
En noviembre se produce una nueva baja. Pete Burgess deja al grupo y lo sustituye a la guitarra Tony Catchpole justo a tiempo de grabar en Francia una canción para la banda sonora de una película, Jeu De Massacre (The Killing Game), pieza del mismo título que la película que sólo fue editada en single en aquel país en el sello Vogue a principios de 1967. Se trata de una fascinante y bizarra composición de Jacques Louissier de ritmo progresivo, improvisaciones vocales de Roden y potente instrumentación en general. Un experimento que mezclaba algo del soul que practicaba la banda con improvisaciones jazzísticas y algo de primeriza psicodelia a la que pronto se iba a apuntar el grupo con el papel esencial que iba a desempeñar su nuevo fichaje, Tony Catchpole, prolífico compositor y excepcional guitarrista.
Su último single, marcado por el fin de su contrato con Pye, apareció en marzo de 1967 y es otra rodaja de vinilo imprescindible: Gonna Fix You Good (Everytime You're Bad) original de Little Anthony & The Imperials que los Set hacen suya consiguiendo registrar un sonido impecable y nivelado en cuanto a instrumentación y voces. En la otra cara encontramos I Really, Really Care, potente soul ideal para la pista de baile escrita por el propio Alan Bown en la que brilla la sección rítmica, la guitarra fuzz en el solo y, de nuevo, el gran Jess Roden.
El verano de 1967 pilló a la banda absorbiendo los nuevos sonidos que se imponían en la escena musical londinense al tiempo que languidecía el circuito de clubs destinados a bandas en directo que desplegasen su música de baile. Sin contrato discográfico, eran libres de destinar su tiempo a experimentar y probar las nuevas vibraciones y así dieron el salto hacia la psicodelia, otra etapa esencial del grupo, con el single Toyland/Technicolour Dream en octubre de 1968 y el cambio de nombre a The Alan Bown!, pero esa es otra historia...
Todo este legado discográfico se puede encontrar en uno de los artefactos más imprescindibles en el mundo de las recopilaciones de música facturada en los 60, el disco EMERGENCY 999, lanzado por Sanctuary en 2000 y que además de todas las canciones mencionadas añadía una versión demo sin vientos de Gonna Fix You Good y dos inéditas grabadas en ese período de transición entre el soul y el pop psicodélico, la excelente y risueña Love Me y el Toytown Pop costumbrista de Mr. Job, muy en la línea del material de su LP OUTWARD BOWN, y que la banda Jigsaw recuperó para su primer single para Music Factory, el sello por el que ficharían en 1968 Alan Bown Set tras su paso por Pye.
David