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martes, 19 de julio de 2011

EL DISCO DE LA SEMANA



JASON CREST: Collected Works of Jason Crest (CD, Wooden Hill, 2008)
Buena mierda blanca es lo que tenemos hoy entre manos, un clásico moderno en cuanto a recopilaciones, una muy apreciada banda entre los coleccionistas de psicodelia underground inglesa, que va desde lo sublime (entre otras muchas, por ejemplo, Teagarden Lane, una gema incomprensiblemente no publicada en su momento) hasta lo prescindible (en realidad lo ÚNICO prescindible del disco, su penúltimo single, Waterloo Road/Education, pop anodino con el aire característico de finales de los 60).
Como muestra este disco, que comprende sus cinco singles editados desde enero de 1968 hasta agosto de 1969 y un puñado de acetatos inéditos, Jason Crest se inspiraron fuertemente en el aspecto más pop de bandas como los Nice y sobre todo Pink Floyd, los Kinks y ante todo la aproximación al rock con toques clásicos de Procol Harum, aunque aquí tenemos canciones como A Place In The Sun, cara A de su último 7" que perfectamente podrían haber firmado los Moody Blues más melosos, pop con toques psicodélicos y cascadas de Mellotron que puede causar las iras de los aficionados a la psicodelia más underground y arriesgada, pero que a mi me fascina. En su cara B se encuentra Black Mass, uno de sus temas más recopilados durante los años, una locura de magia negra, risas diabólicas y cantos gregorianos malditos, no sin cierto toque novelty.
Su gran clásico está aquí también presente, por supuesto, Turquoise Tandem Cycle, lleno de teclados procolharumianos, letras sin sentido, phasing a lo largo de toda la composición... una delicia que los aupa a la primera división de las vibraciones de colores, así como otras que siguen su estela, como la mencionada Teagarden Lane, My House Is Burning o The Collected Works of Justin Crest en la que el piano sustituye al omnipresente órgano; King Of The Castle recuerda a unos primerizos Nice y la poppie Charge of The Light Brigade podría haber ocupado un lugar en los primeros discos de los Bee Gees.
Intentando alcanzar el éxito que les eludía tomaron una canción de los Move para emularla en intensidad, fuerza y arreglos vocales, aunque sin las florituras instrumentales presentes en la producción de Roy Wood, la muy apreciable (Here We Go Round) The Lemon Tree. Por supuesto, no fue un éxito, con lo que mantuvieron ese estatus de banda de culto que tanto nos gusta. Two By The Sea es superlativa, pop de primera con clavicordio que fue relegada a la cara B de su segundo single, cuya cara A estaba ocupada por Juliano The Bull, comercial tema con magníficos teclados y batería con ligero phasing y jubilosos coros.
Afortunadamente de nuevo disponible gracias a las buenas maneras de los chicos de Wooden Hill, es una colección de música para extraños días lluviosos, como éste que hemos tenido hoy en pleno verano, o para aquellos días de psicodélicos fenómenos forteanos, aquellos de lluvias de colores, de ranas... mientras dejamos que nuestra melena y nuestro bigote crezcan...
by David