De lo que hablamos hoy es, simplemente, el mejor disco de pop español (y en español) de la década de los 70, así como el CONTRABANDO de Los Brincos fue el de los 60. A pesar de unas letras que pueden ser acusadas de machistas e incluso de homófobas, no podemos ni debemos olvidar que se trata de un producto de una época determinada y, en todo caso, lo que importa es la música, ¿no?
La producción de Rafael Trabucchelli, artífice del "sonido Torrelaguna", significaba que el grupo y sus canciones tendrían un envoltorio de lujo, y las canciones en su mayor parte respondieron a ese reto. Noche Tras Noche ya anunciaba las cosas buenas que vendrían a continuación en sus acordes iniciales de guitarra y ese pop beatlesco rico en coros y adornado con órgano de pegadiza letra y melodía que tan bien dominaba el cuarteto. Una Singular Debilidad, pese a su letra llena de tópicos sobre el mundo de la moda (y estereotipos sobre la singular debilidad del protagonista), es una adictiva melodía con importante piano ayudado por el órgano en los crescendos. Completa la obra la voz casi en falsete y una parte final que adopta un suave aire latino del que starían orgullosos los Rascals o un Stephen Stills también muy aficionado a ese tipo de cosas.
Linda Prima es la primera joya del trovador dylanesco Rodrigo García, una gran letra acompañada por una instrumentación muy de pop británico al estilo de los Beatles o incluso de los Kinks, mientras que La Tempestad es pop perfecto, con un ritmo progresivo y buenos fraseos de guitarra en esta metáfora cantada y Tierra Mojada es una tonada pastoral acústica, el lado folk del grupo con flautas, coros a lo Crosby, Stills & Nash e interesantes efectos de cintas al revés en su puente.
El Discípulo de Merlín es la crónica, velada por supuesto, de un viaje lisérgico repleto de clavicordio, cuerdas, percusiones y flautas que le otorgan un aire medievalesco a esta pieza de folk ácido. Volverás incide en la problemática de las relaciones de pareja mediante la singular prosa del dylanesco y genial Rodrigo García, e incluye la línea en la que se pronuncia la palabra que da nombre al grupo y al disco.
Hay que reconocer que a partir de este momento el disco comienza un pequeño declive debido a tres canciones que escapan del territorio del pop, digamos, underground y tienden peligrosamente hacia lo comercial y lo mal entendido como pop melódico. Recuerdo que cuando fui a comprar el disco, impulsado por lo que había oído en los monográficos de Flor de Pasión de Juan de Pablos dedicados a Rodrigo García, el tendero me comentó que se trataba de un gran disco, "con canciones como Agua De Coco Y Ron y Calles Del Viejo París". Normal que en este país se resalte y se recuerde lo menos afortunado como lo más popular, y que se eligiesen ambas canciones para componer un single. La letra de Agua de Coco y Ron es simplona, pero le salvan esos "Uuuuh" llenos de intensidad a base de teclados, batería y bajo que rompen el ritmo y que rememoran, de nuevo, a Stephen Stills y sus Buffalo Springfield. Completa el trío de pequeñas decepciones Juan, beatlesco melodrama cotidiano, eso sí, con muy buenas cuerdas. La sombra de McCartney aquí es alargada.
El disco remonta justo a tiempo para el final con Tiempo Perdido, machista pieza con gran guitarra, una gema pop con Los Beatles de nuevo como referencia pero en esta ocasión fijándose más en Harrison. Y como intachable colofón, la edición en CD añade un tema extra no editado en su momento probablemente por su atrevida letra, Jovencita, otra maravilla de Rodrigo García que debería haber formado parte del disco como parte indispensable de esa trilogía de canciones del autor, y que musicalmente se nutre de un encantador piano y arpegios de guitarra.
Y hasta aquí la historia de los talentosos compositores y multinstrumentistas José Mari Guzmán, los hermanos José Antonio y Manuel Martín y Rodrigo García (ayudados por gente como el prestigioso batería de estudio Regolí). Guzmán y García decidieron entonces formar los mucho más exitosos y reconocidos, pero menos interesantes, Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán. Pero eso, amigos, es otra historia...
David
5 comentarios:
Uno de los discos de mi día, mi semana, mi mes, mi año y mi vida (¡Cuántos 'mies'!.
Este y el primero de CRAG son únicos.
¡Saludos!
Gracias por el comentario! El disco de CRAG de 1974 tiene muy buenas canciones, claro está (sobre todo en las que estaba envuelto Rodrigo García) pero para mi el resultado no es tan redondo (y eso que el de Solera no es redondo del todo) y hay algunas canciones que, directamente, me sobran.
Saludos!
¿Tendrá algo que ver la portada del disco Solera con la Revolver de los Beatles?
Saludos
L.
Hola L.! No, creo que más bien tiene que ver con portadas psicodélicas como la del FOREVER CHANGES de Love, The Other Half (que desconozco si se editó en España por entonces), etc.
Gracias por el comentario!
très bon groupe :) beaux souvenirs
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