jueves, 11 de febrero de 2016

VEINTE AÑOS DEL K DE KULA SHAKER!

Hace veinte años era un momento estupendo para ser un apasionado del pop y del rock. Las discográficas vivían sus últimos momentos de esplendor y tanto las multinacionales como las independientes lanzaban discos sin parar en un momento efervescente en el que "el público" descubrió que todavía habían grupos de jovenzuelos armados de guitarras, tambores y amplificadores. Y muchos de ellos, los más raros para el espectador medio, se fijaban sin reparo en la producción discográfica y las estéticas imperantes en buena parte de la década de los sesenta.
Yo, con dieciocho años, me lo estaba pasando pipa. Aunque no sin cierta pretenciosidad me consideraba un elitista en esto de la música, la verdad es que debía ser la vergüenza de los mods de pura cepa ya que disfrutaba por igual con los discos de esos "vendidos" a la comercialidad como Ocean Colour Scene, Charlatans, los mismos Oasis, Shed Seven, These Animal Men, Ash o Menswear, como con genuinos representantes de la escena mod como los Knave, los Clique, Quant, casi todo lo del sello Detour en Inglaterra y Animal Records en España, Jaybirds, The Mystreated... y, por supuesto, Kula Shukar, apisonadora psicodélica con discos que parecían grabados en 1968 abiertamente psicodélicos tanto en los surcos del disco como en el envoltorio y la propuesta estética.
De inmediato se convirtieron en unos de mis favoritos. 
Y es que K era una propuesta psicodélica de principio a fin empezando por un single incontestable (Hey Dude) a base de guitarrazos (Knight on the Town, Grateful When You're Dead), energía desbocada (Smart Dogs, 303), raga rock (Temple of Everlasting Light, Sleeping Jiva, Tattva), experimentos psicodélicos (Magic Theatre, Hollow Man), sánscrito y mensajes místicos envueltos en pop psicodélico de primera (Into The Deep, Start All Over, Govinda). Y con portada del grandísimo Dave Gibbons, nada menos, alrededor del concepto K.
Le siguieron el igualmente estimable, intenso y aún más imbuido en el misticismo PEASANTS, PIGS & ASTRONAUTS (1999), la arrolladora y pasmosa colección de singles KOLLECTED (2002), el consistente y merecedor de más atención STRANGEFOLK (2007) y PILGRIMS PROGRESS (2010).
Pero K continúa siendo su obra magna y la piedra de toque para el resto de su producción, con lo que no es de extrañar que coincidiendo con su veinte aniversario y la publicación del nuevo disco de estudio de Kula Shaker, Crispian Mills y los suyos hayan decidido bautizar su nueva creación como K2.0, que aparecerá de forma inminente el 12 de febrero y cuyo single de adelanto, el raga rock de Infinite Sun, demuestra que Kula Shaker siguen en forma.
Námaste, Kula Shaker, por estos veinte años de vibraciones psicodélicas!
David

2 comentarios:

Demian dijo...

A mí el britpop, no todo, me impactó mucho en su momento. Yo venía de lo mod, y sin dejar de indagar en los 60, toda esa música contemporánea me pareció muy fresca, alejada del nihilismo y pesadez del grunge. Muchos indies se compraron parkas y empezaron a lucir fred perrys. Hasta en los garitos con más solera del underground sonaban los Small Faces y los Oasis. Disfruté mucho igual que tú.

A ver qué tal el nuevo disco.

Un saludo

Fanzine Making Time dijo...

También fui impactado con toda esa sucesión, que parecía imparable e interminable en su momento, de discos y grupos, y en mi habitación convivían de forma natural los Stone Roses con los Who y los Hollies y la programación de Radio 3, donde podía descubrir a Steely Dan en Área Reservada o a King Crimson en Discópolis.
Y a nivel local y en las fiestas que montamos un grupo de inquietos se daba algo similar a esa asimilación de sonidos y estética por parte de los indies.
Gracias por tu comentario y por pasarte por el blog!