*El texto de esta entrada proviene, corregido y aumentado, de la reseña original del disco publicada en 2010 en este mismo blog.
GRAND HOTEL supuso para los Procol Harum un paso que afianzó su carrera y su trayectoria en los años 70 en un momento que para otras bandas podría suponer un descalabro: el abandono de su genial guitarrista, Robin Trower, e incluso de su breve sustituto, Dave Ball, sobreponiéndose y logrando establecerse como un poderoso grupo en su nueva compañía discográfica (Chrysalis) y el reto de mantener el prestigio -y las ventas- tras un disco tremendamente exitoso, el directo PROCOL HARUM IN CONCERT WITH THE EDMONTON SYMPHONY ORCHESTRA (1972).
Pero los Procol Harum siempre contaron con una dirección honesta, fiel a su estilo y firme de la mano de Gary Brooker, un tipo con un talento excepcional y convencido de poder mantener a los Harum en la élite del rock durante la exigente y al mismo tiempo extravagante década de los 70. Y a fe mía que lo consiguió; para ello, además, contaba con poderosas armas a su disposición: BJ Wilson a la batería, Alan Cartwright al bajo, Chris Copping al órgano, el eterno letrista surreal y extravagante, y alma de la banda, Keith Reid y un nuevo y muy potente guitarrista, Mick Grabham, antiguo miembro de la banda de pop psicodélico Plastic Penny y cuyo estilo se acercaba enormemente al de Trower pero aún más agresivo.
GRAND HOTEL, envuelto en una portada impagable, recupera el estilo más característico de Procol Harum, canciones épicas y dramáticas en su concepto sonoro al recurrir a estructuras y arreglos propios de la música clásica, y alejándose un tanto de su anterior trabajo en estudio, BROKEN BARRICADES (1971) en el que rompían en parte con esa forma de trabajar y que tanto sorprendió a sus seguidores. Así es en el tema que da título al disco, Grand Hotel, canción algo meliflua pero de interesante letra sobre la decadente pero suntuosa vida en un hotel de lujo. Grand Hotel, que ingresó en el repertorio de las favoritas para los fans, se ve mejorada por todos los demás cortes del álbum: la trepidante Toujours l'Amour que por su energía perfectamente podría haber sido incluida en su tercer LP HOME (1970), A Rum Tale, otra melodía inolvidable comparada a Homburg, la irónica TV Caesar y su lujosa orquestación con cascadas descendentes de sonido de órgano, la extravagante y casi totalmente acústica A Souvenir of London, el retorno al drama y la profundidad sonora, como en composiciones anteriores de la talla de Whaling Stories y A Salty Dog, de For Liquorice John, una triste oda a un amigo del grupo que poco antes se había suicidado.
El álbum se cierra con el clacisismo de Fires (Which Burnt Brightly) y la cierta experimentación (claramente es una canción fuera de los cánones habituales del grupo) de Robert's Box, algo similar a Boredom, de su HOME.
Además de todo eso, y sin duda, el disco contiene uno de los grandes temas de los Harum, un favorito de los seguidores del grupo y de la propia banda desde entonces, el agresivo Bringing Home The Bacon, una auténtica gozada que utilizaría la banda para abrir sus conciertos tras la publicación de este GRAND HOTEL.
La cuidada edición en cd de Salvo Records incluye como bonus y para alegría de todos los fans, sendas tomas primigenias, rudas y sin los arreglos posteriores (y con Dave Ball a la guitarra) de Grand Hotel y Bringing Home The Bacon. Un disco entusiasmante e imprescindible para completistas de los Harum y para los interesados en el rock británico de los 70 más allá de la primera, y bastante sobada, línea de figuras del mismo.
David
¡Consigue Grand Hotel a través del siguiente enlace, y echas una mano al blog!
No hay comentarios:
Publicar un comentario