LAS COSAS QUE NO VEMOS comienza con El Jardín, delicada pieza de folk ácido repleta de percusiones, guitarras acústicas, un teclado que suena como un clavicordio... muy al estilo de Los Brujos de Miguel Ángel Villanueva o Los Brincos de finales de los 60 (en canciones como La Fuente). Si esto empieza así, ¡la cosa promete! Y vaya si lo hace... Buscando El Sol tiene un título muy de George Harrison y la verdad es que la levitativa guitarra de la canción es harrisoniana en un tema de pop psicodélico con letra sobre lo que es real y lo que no que posee el aire más 70s del disco. Cerca Del Suelo retrocede unos años y es una gema freakbeat de ritmo contundente, pesado, con duras guitarras y teclado propio del género. Un, Dos, Tres... es jubiloso pop con inflexiones psicodélicas gracias en gran parte al órgano que proporciona ácidas melodías y a las voces y letras como siempre crípticas pero de profundo regusto psicodélico (continuas referencias a la menta, la búsqueda, la realidad o lo que podemos llegar a entender por ella...) y ramalazos de poderosa guitarra que enlazan, como no podía ser de otra manera, con ...Al Escondite Inglés, un instrumental a modo de coda del tema anterior de ritmo endiablado y lleno de groove. Las líneas que traza el teclado le dan un aire oriental más que apropiado y, ojo, que su final engaña! Todo un homenaje a la mejor película ye-yé rodada en este país. Los Huéspedes cierran la cara A con Perdido En La Luz, experimento sonoro construido a base de tres canciones en una, bellamente psicodélico.
Foto extraída del blog de Los Huéspedes Felices obra de José Ardá |
Los Huéspedes Felices, aliados con Clifford Records, están facturando algunos de los mejores discos de este país, al fin orientados a la edición comercial de sus canciones y dejando de ser un maravilloso secreto para iniciados. Pero sus canciones no se resienten y estos artefactos son piezas a incorporar a cualquier colección que se precie de popsike!
David
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